La creciente demanda del hidrocarburo no ha sido equiparada con la oferta. Estamos en una crisis energética sin precedentes y los efectos que deriven de la misma serán catastróficos a menos que empecemos a prepararnos para evitar las consecuencias. Al mismo tiempo, estamos en un punto donde la contaminación por las emisiones de carbono (derivado del petróleo) ha llegado a sus límites siendo la principal causa del calentamiento global y resultante del deterioro ambiental a nivel mundial. La apuesta por la investigación debe ser nuestro punto medular para encontrar respuestas viables para ambas problemáticas. Por ello, es importante replantear la concientización de la ética ecológica y enfatizar la necesidad por una diversificación de fuentes energéticas siempre que éstas respeten las costumbres de las comunidades rurales y no alteren negativamente el hábitat de dichas zonas. De ahí deriva la propuesta del proyecto de investigación por una concientización de una ética ecológica y la apuesta de energía limpias a partir del principio de factibilidad, respetando la cultura de cada comunidad rural, para un mejor aprovechamiento de los recursos naturales y un desarrollo sostenible.