Alicia Bárcena Secretaria Ejecutiva Antonio Prado Secretario Ejecutivo Adjunto Dirk Jaspers_Faijer Director, Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) - División de Población de la CEPAL Ricardo Pérez Director, División de Documentos y Publicaciones La revista Notas de Población es una publicación del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) - División de Población de la CEPAL, cuyo propósito principal es la difusión de investigaciones y estudios de población sobre América Latina y el Caribe, aun cuando recibe con particular interés artículos de especialistas de fuera de la región y, en algunos casos, contribuciones que se refieren a otras regiones del mundo. Se publica dos veces al año, con una orientación interdisciplinaria, por lo que acoge tanto artículos sobre demografía propiamente tal como otros que aborden las relaciones entre las tendencias demográficas y los fenómenos económicos, sociales y biológicos. Las opiniones expresadas en esta revista son responsabilidad de los autores, sin que el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) - División de Población de la CEPAL, sea necesariamente partícipe de ellas. Los límites y los nombres que figuran en los mapas de esta publicación no implican su apoyo o aceptación oficial por las Naciones Unidas. Comité editorial: Ciro Martínez Gómez, Coordinador Alejandra Silva, Editora especial Guiomar Bay, Fabiana del Popolo, Sandra Huenchuan, Dirk Jaspers_Faijer, Jorge Martínez Pizarro, Timothy Miller, Jorge Rodríguez, Magda Ruiz, Paulo Saad, Miguel Villa, Orly Winer Liliana Cuevas, secretaria Redacción y administración: Casilla 179-D, Santiago, Chile. E-mail: liliana.cuevas@cepal.org Ventas: publications@cepal.org. Precio del ejemplar: 12 dólares. Suscripción anual: 20 dólares. NPoblación otas de Año XL • N° 96 • Santiago de Chile Comisión Económica para América Latina y el Caribe Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) - División de Población de la CEPAL Este número contó con el apoyo financiero parcial del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Los límites y los nombres que figuran en estos mapas no implican su apoyo o aceptación oficial por las Naciones Unidas Diseño de portada: Alejandro Vicuña Leyton Ilustración de portada: Zona Sul, óleo sobre tela de Cristiano Sidoti. Crédito: Galería Jaques Ardies, São Paulo (Brasil). Derechos reservados. Publicación de las Naciones Unidas ISBN: 978-92-1-221111-4 ISSN: 0303-1829 LC/G.2573-P Número de venta: S.13.II.G.11 Copyright © Naciones Unidas 2013 • 2013-305 Todos los derechos reservados. Impreso en Naciones Unidas, Santiago de Chile La autorización para reproducir total o parcialmente esta obra debe solicitarse al Secretario de la Junta de Publicaciones, Sede de las Naciones Unidas, Nueva York 10017, Estados Unidos. Los Estados miembros y sus instituciones gubernamentales pueden reproducir esta obra sin autorización previa. Solo se les solicita que mencionen la fuente e informen a las Naciones Unidas de tal reproduccción. Índice Acceso a la salud sexual y reproductiva y fecundidad de las jóvenes en el Brasil: desigualdades territoriales......................... 7 Suzana Cavenaghi La migración interna en las grandes ciudades en América Latina: efectos sobre el crecimiento demográfico y la composición de la población................................................................................. Jorge Rodríguez Vignoli 53 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación al trabajo en el Uruguay (1990-2008).............................................. 105 Ignacio Pardo, Andrés Peri, Mario Real ¿Es recomendable preguntar en el censo acerca de la sobrevivencia del último hijo nacido vivo?.................................. 137 Magda Ruiz , Andreina Duarte, Sebastián Carrasco La Amazonia Legal y el Cerrado en el contexto de la migración interna en el Brasil en el período 1995-2010....................................................................... 171 José Marcos Pinto da Cunha De los libros a las ocho horas: la transición de la educación al trabajo en el Uruguay (1990-2008) Ignacio Pardo Andrés Peri Mario Real 1 Resumen Dentro del marco de la transición a la adultez tal como se la entiende desde la sociodemografía, el artículo se enfoca en el tránsito de la educación al trabajo en el Uruguay. Esto implica observar la ocurrencia y el calendario de los dos eventos (la salida de la educación y la entrada al primer empleo), así como su interacción. Para observar el cambio reciente, utilizamos las encuestas nacionales de juventud disponibles (1990 y 2008), el análisis de supervivencia (descriptivo y con el modelo de riesgos proporcionales de Cox) y modelos de regresión logística. Para cada evento, las preguntas fundamentales refieren a: i) el retraso o adelanto del calendario y ii) la convergencia o polarización del calendario entre diferentes subpoblaciones, definidas a partir del sexo, la región y el lugar que ocupan en la estatificación social vertical. Los resultados indican que el cambio fundamental consiste en la postergación de la salida de la educación, fundamentalmente en las mujeres, que estudian más años que los varones, mientras que existe una mayor convergencia entre Montevideo y el resto del país. También se describe la transición de la educación al trabajo en términos de la interacción entre ambos eventos: la entrada al mercado laboral puede darse inmediatamente después de la salida de la educación, un tiempo después (con lo cual por un período el joven no estudia ni trabaja) o antes (lo que implica un período de solapamiento entre ambos roles). Los resultados muestran un aumento de este último tipo de transiciones, en detrimento de las transiciones con un hiato entre ambos eventos, que disminuyen en términos totales al tiempo que se concentran en los sectores bajos de la estratificación social. La importancia de esta brecha está dada por las consecuencias que acarrea en el curso de vida de los jóvenes y en los patrones de desigualdad social. 1 Los autores son investigadores del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de La República (Uruguay). 106 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... Abstract Within the framework of the transition to adulthood as it is understood from a sociodemographic perspective, the article focuses on the transition from education to work in Uruguay, by observing the incidence and the timing of two events (leaving education and beginning work), as well as the interaction between the two. To observe recent changes, we used the available national youth surveys (1990 and 2008), survival analysis (both descriptive and with the Cox proportional hazards model) and logistic regression models. For each event, the fundamental questions relate to whether: (i) the timing is earlier or later than previously; and (ii) the timing of the two events is closer together or further apart among different subpopulations, based on sex, region and vertical social stratification. According to the results, the fundamental change is that young people are leaving education later than before, especially in the case of women, who study for longer than men, and there is greater convergence between Montevideo and the rest of the country. The transition from education to work is also described in terms of the interaction between the two events: a young person can enter the labour market immediately after leaving education, some time afterwards (in which case he or she is for a time neither studying nor working) or before (which implies a period of overlap between the two roles). The results point to an increase in the third type of transition, at the expense of transitions characterized by a break between studies and work, which have become less frequent overall, but are concentrated in the lower segments of the social stratification. This break between studies and work is significant because of its consequences over the course of the young person’s life and its impacts on social inequality patterns. Résumé Dans le cadre de la transition vers l'âge adulte, telle qu'elle est entendue en termes sociaux démographiques, l'article se penche sur la transition de l'éducation à l'emploi en Uruguay. Il a fallu, pour ce faire, observer la survenue et le calendrier de ces deux événements (la sortie du cycle éducatif et l'entrée sur le marché du travail), ainsi que leur interaction. Pour observer les changements récents, nous avons utilisé les enquêtes nationales de la jeunesse disponibles (1990 et 2008), l'analyse de survie (descriptive et avec le modèle à risque proportionnel de Cox), ainsi que le modèle de régression logistique. Pour chaque événement, les questions fondamentales concernent: i) le retard ou l'avance par rapport au calendrier et ii) la convergence ou la polarisation du calendrier dans les différentes sous-populations, définies en fonction du sexe, de la région et de la place occupée dans la stratification sociale verticale. Les résultats indiquent que le changement fondamental est la sortie plus tardive de l'éducation, essentiellement chez les femmes, qui étudient plus d'années que les hommes, et une plus grande convergence entre Montevideo et le reste du pays. La transition de l'éducation à l'emploi est également décrite en termes d'interaction entre ces deux événements: l'entrée sur le marché de l'emploi peut se produire immédiatement après la sortie de l'éducation, quelque temps après (ce qui implique que les jeunes concernés n'étudient pas et ne travaillent pas pendant une certaine période) ou avant cette sortie (ce qui implique une période de chevauchement entre ces deux rôles). Les résultats de l'étude font apparaître que ce dernier type de transitions est en hausse, au détriment des transitions caractérisées par une coupure entre les deux événements qui, d'une manière générale, sont de moins en moins fréquentes et qui se concentrent sur les secteurs situés au bas de l'échelle de la stratification sociale. L’importance de cette différence est liée aux conséquences de ce phénomène sur l'évolution de la vie des jeunes et sur les modèles d'inégalité sociale. Notas de Población N° 96 • CEPAL 107 Introducción y antecedentes Entre los eventos que componen la transición a la adultez, hay dos que tienen especial relevancia y complejidad: la salida de la educación formal y la entrada al mercado laboral. Vivir ambos eventos implica una transición entre la finalización de aquel período en el que estudiar es una tarea de tiempo completo y el comienzo de otro, en el que la tarea principal es el trabajo remunerado. Esta transición, en sociedades complejas, puede adoptar varias formas, con procesos y resultados disímiles. Más allá del esquema básico que se describió, existen idas y vueltas entre el rol de estudiante y el de trabajador, así como situaciones ambiguas y ambivalentes. Además, la complejidad de esta transición se hace aún más patente en América Latina, donde el peso de las desigualdades socioeconómicas y geográficas condiciona el pasaje de la escuela al trabajo. Más que un claro pasaje entre estados mutuamente excluyentes, sucede que “las fronteras de la salida de la escuela y la entrada al mercado de trabajo suelen ser borrosas, pues frecuentemente los jóvenes son simultáneamente estudiantes y trabajadores, o bien ocupan posiciones marginales en el mercado de trabajo” (Solís y otros, 2008, pág. 134). En términos individuales, la transición resulta hoy incierta y eventualmente estresante para los jóvenes (dada la mayor incertidumbre y variabilidad del proceso), mientras que en términos agregados comienzan a comprenderse mejor los procesos desde la evidencia acumulada, por ejemplo, los ajustes institucionales entre los sistemas educativo y laboral (Ryan, 2001). En breve, la correspondencia entre los recursos que uno trae consigo en la transición de la escuela al trabajo y lo que aparentemente se espera, será de nuevo experimentada como un sano desafío o como una dolorosa fuente de tensión (Schoon y Silbereisen, 2009, pág. 7). La relevancia de la transición de la educación al trabajo Lo relevante de salir de la educación y entrar al mercado laboral, en cualquier caso, es que el momento y la secuencia en que se cumplan estos eventos repercuten fuertemente en el curso de vida de los jóvenes e inciden en la forma en que se reproducen las desigualdades. Por eso, cabe insistir en que las consecuencias de largo plazo de esta transición en particular son formidables, ante todo, por su influencia en los activos que tendrá el individuo en su vida adulta para aprovechar la estructura de oportunidades que se le presente. Más que en otros eventos (la emancipación del hogar, por ejemplo), esta transición no es solamente una instancia de pasaje a otra etapa del curso de vida, sino que constituye la 108 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... base de la heterogeneidad de los logros futuros (Aassve, Billari y Picaretta, 2007, pág. 370). En definitiva, de la transición entre la educación y el trabajo depende la ubicación inicial del individuo en la estructura ocupacional. Y esa ubicación inicial determina fuertemente la posterior trayectoria y, en consecuencia, la posición en la estratificación social durante la vida. Asimismo, a nivel subjetivo también varía la internalización de la peripecia vital de cada joven. Miranda y Otero (2007) muestran el vínculo entre las expectativas educativas y laborales y el nivel socioeconómico. Sucede que “el modo en que se articulan temporalmente (estos eventos) para cada cohorte de nacidos y, dentro de cada cohorte, en diferentes estratos sociales, modulará las oportunidades de inserción de ‘las juventudes’ en la sociedad, y configurará ‘temporalidades diferenciales’ subjetivamente percibidas” (Filardo, Chouy y Noboa, 2009, pág. 25). Dada esta multitud de factores objetivos y subjetivos, no es fácil listar todas las dimensiones que inciden y dan forma a la transición entre educación y trabajo: las condiciones macroeconómicas, la institucionalidad de cada país, las relaciones de género y etnia, las relaciones y legislaciones laborales, el tipo de empleo, las políticas de bienestar social, los diferentes recursos individuales, incluidos los de difícil medición como las expectativas, motivaciones o aspiraciones, el tamaño de las cohortes de jóvenes que se integran al mercado laboral, los ciclos económicos y muchas otras (Quintini y Manfredi, 2009; Schoon y Silbereisen, 2009; Bassanini y Duval, 2006; Mills y Blossfeld, 2004). Dada la complejidad que trae consigo, ¿cómo estudiarla? Fundamentalmente, siguiendo el consejo de Shanahan y Longest (2009) acerca de la inaplicabilidad de las grandes narrativas y la utilidad de teorías menos abstractas, diseñadas para la práctica de la investigación. Entre otras cosas, conviene abrir la caja negra de ciertos conceptos, como “adultez emergente” (Arnett, 2001) y de las tendencias poblacionales totales, de manera de no conformarse con el cambio medio y observar los matices: las distintas formas concretas de procesar las transiciones, que pueden ocultarse detrás de las grandes tendencias. Finalmente, desde la perspectiva macrosocial, el tema es relevante para la posible emergencia de programas e instituciones que faciliten el paso de la educación al trabajo (por ejemplo, políticas activas de empleo juvenil o prácticas laborales asociadas a la última etapa de educación media superior). Más allá de todas las diferencias entre el Uruguay y otras sociedades, las instituciones creadas en países como Alemania, por ejemplo (donde el entrenamiento tiene un lugar central), son especialmente interesantes como experiencias innovadoras que funcionan como puente Notas de Población N° 96 • CEPAL 109 entre la educación y el trabajo2. En la investigación comparativa a nivel latinoamericano también se destacan los aspectos institucionales, ya que el legado histórico y los regímenes de bienestar en los distintos países de la región ejercen una influencia relevante en las maneras de procesar esta transición (Solís y otros, 2008, pág. 129). Concretamente, el debate en el Uruguay acerca de los jóvenes que no estudian ni trabajan (habitualmente llamados “ni-ni”, aunque en este artículo no se utilizará ese término) se vincula a la capacidad de ambos sistemas, la educación formal y el mercado laboral, de favorecer una transición favorable. El vínculo con otros eventos de la transición a la adultez El paso de la educación al trabajo también es importante a partir de la fuerte influencia (recíproca) de esta transición en los otros eventos de la transición a la adultez. El camino que una persona joven toma durante este período de transición puede tener consecuencias a largo plazo en su futura carrera y posterior vida laboral, pero también puede tener repercusiones en otras transiciones interrelacionadas, como dejar la casa paterna, vivir en pareja y formar una familia (Schoon y Silbereise, 2009, pág. 3). Sucede que los eventos están fuertemente conectados, aunque no siempre con la misma intensidad. Se ha intentado conceptualizar la intensidad de esta conexión por medio de términos como vinculación y desvinculación (coupling/decoupling) o interconexión y desconexión (interconnectedness/ disconnectedness) (Buchmann y Kriesi, 2011). La tendencia a una mayor desconexión ha sido registrada en una variedad de países. ¿Mediante qué fenómenos la transición de la educación al trabajo impacta sobre otros eventos de la transición a la adultez? En principio, se ha mencionado la mayor incertidumbre existente en cuanto a la rentabilidad de la educación y la estabilidad del trabajo, diferenciada por las condiciones de las relaciones de empleo, la educación, el régimen de bienestar y los modelos de familia (Mills y Blossfeld, 2009). Esta incertidumbre se observa en varios niveles. En primer lugar, hay una mayor incertidumbre en cuanto a los comportamientos posibles. En segundo término, en cuanto al resultado de tales comportamientos. Luego, es cada vez más incierta la cantidad de información que debe recogerse para tomar decisiones (Mills y Blossfeld, 2004). Todos estos fenómenos están ciertamente diferenciados según el lugar que ocupa cada joven en la estratificación social, dadas las constricciones estructurales y las distintas subjetividades asociadas a ese lugar (Johnson, 2002). 2 Uno de los aspectos importantes de esta transición surge de la necesidad de las empresas (y la voluntad de las autoridades del país) de reclutar a jóvenes con una acumulación de capital humano tal que pueden resultar un aporte relevante a la hora de agregar valor a la producción. 110 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... En los datos existentes sobre esta transición, se observa una asociación de la salida temprana de la educación con la formación precoz de uniones, a menudo inestables (Bynner 2005; Furstenberg, 2008; de Graaf y Kalmijn, 2006, citados en Buchmann y Kriesi, 2011), lo que a su vez puede redundar en un aumento de la probabilidad de desempleo y pobreza, especialmente para las mujeres (Buchamnn y Kriesi, 2011). De modo similar, Quintini, Martin y Martin (2007) destacan que las bajas remuneraciones y la precariedad puedan hacer que los jóvenes retrasen la emancipación del hogar de origen y la formación de una familia propia3. Estos vínculos deben analizarse más profundamente para el caso del Uruguay, donde esta transición es un tema cada vez más estudiado, pero cuyas tendencias aún no se conocen cabalmente. Antecedentes de la investigación del caso uruguayo El tema ha sido estudiado considerablemente en el mundo, a partir de un creciente interés y una mayor disponibilidad de fuentes de datos longitudinales, escasas en el Uruguay. A nivel nacional, se destacan principalmente los trabajos que hacen foco en las trayectorias educativas. Gelber (2010) identificó diferentes trayectorias educativas en la enseñanza media; en Fernández (2009) se alerta sobre la diversificación de trayectorias que se produce en ese tramo del sistema educativo, en parte a causa de sus características institucionales, mientas que otros estudios se han centrado en la rentabilidad de la educación (Bucheli y Casacuberta, 2001). Pero es necesario dar un paso más y vincular los dos eventos que estamos tratando aquí. En ese sentido, Bucheli y Casacuberta (1997) observaron la relación entre la permanencia en el sistema educativo y el ingreso al mercado laboral como opciones competitivas, para confirmar la hipótesis de que desertar de la educación para ingresar al mercado laboral es un comportamiento característico de los sectores de menores ingresos. Asimismo, Rama y Filgueira (1991), Boado y Fernández (2010), Bonapelch (2010) y Boado (2008) observaron una asociación entre la edad del primer empleo y el lugar en la estratificación social del hogar de origen, el nivel educativo del hogar de origen, el sexo y la región. Cuanto más desaventajado es el nivel socioeconómico del hogar de origen, menor es la acumulación de capital educativo y más temprana es la entrada al mercado laboral, salvo en los períodos de fuerte desempleo. Por otra parte, las mujeres se integran más tarde al mercado laboral (Filardo, 2010), hecho que se relaciona en parte competitivamente con la permanencia en la educación. 3 Mills y Blossfeld (2004) intentan polemizar sobre la teoría de la segunda transición demográfica: más que una creciente importancia de las preferencias individuales, observan un mundo globalizado en el que ciertos cambios estructurales causan mayor incertidumbre, y los individuos responden a ella. Notas de Población N° 96 • CEPAL 111 Más allá de lo descriptivo, las dificultades a la hora de inferir nexos causales son grandes. Por ejemplo, incluso en investigaciones donde “los hallazgos presentados sustentan la hipótesis de un efecto específico de las experiencias de vida laboral de los estudiantes uruguayos sobre la interrupción de la actividad académica entre los 15 y los 19 años” (Cardozo, 2009, págs. 216-217), no puede decirse que la mayor parte de la deserción se deba al trabajo. Filardo (2010), finalmente, estudió esta transición incorporando su relación con otros eventos de la transición a la adultez, para concluir que la salida del sistema educativo y el ingreso al mercado de trabajo son eventos públicos, más tempranos que los eventos privados (emanciparse del hogar de origen y comenzar la vida reproductiva). Específicamente, en los varones uruguayos la entrada al mercado laboral es un evento que aumenta la probabilidad de salida temprana de la educación, como se ha demostrado en el caso de otros países. A. Fuentes, métodos y preguntas centrales de la investigación La comparación entre los jóvenes entrevistados en 1990 y en 2008 será el centro de nuestro análisis. Las preguntas fundamentales de la investigación apuntan al calendario de la transición: i) ¿Ha existido un cambio en el calendario de los eventos que conforman la transición de la educación al trabajo (salida de la educación y entrada al mercado laboral)? Si la respuesta es afirmativa, ¿se trata de un retraso o de un adelanto en cada caso? ii) ¿Se ha avanzado hacia la convergencia de comportamientos en cuanto a este calendario o hacia su polarización? Por cierto, los comportamientos pueden polarizarse o converger en torno a diferentes clivajes. Aquí se observarán el género, las condicionantes ecológicas (región) y el lugar que ocupa en la estratificación social vertical. Además, cabe observar el tiempo que transcurre entre uno y otro evento y el orden en el que se procesan. Las fuentes de datos por utilizar están constituidas por la Encuesta Nacional de la Juventud (1990; número de encuestados: 3.747) y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ) (2008; número de encuestados: 2.391), realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) del Uruguay. Se han armonizado ambas fuentes para permitir su 112 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... comparación. La encuesta de 1990 se aplicó a jóvenes de 15 a 29 años, y la de 2008, a jóvenes de 12 a 29 años, aunque en este caso descartaremos a los menores de 15 años. La definición de algunas variables implicó la toma de decisiones complejas. Por ejemplo, la definición de “primer empleo” es más difícil de lo que parece. ¿Cuánto tiempo debe permanecer un joven en el empleo para considerar que esa fue su primera experiencia laboral y no un intento fallido o irrelevante? La dificultad no es banal, pues una característica típica de los primeros empleos es la inestabilidad y los contratos a término. En ocasiones se habla de “primer empleo significativo” (Bonapelch, 2010) y suele tomarse el umbral de tres meses ininterrumpidos, con al menos 20  horas semanales de trabajo, como criterio de definición. Aquí se fijó un umbral menos exigente: solamente la participación en un trabajo por un lapso ininterrumpido de tres meses. En lo que respecta a la salida de la educación de los jóvenes, los datos permiten definir el momento (edad en años cumplidos) en que dejaron de asistir a un establecimiento educativo, más allá del nivel alcanzado hasta ese momento. Ambas definiciones suponen reducir la complejidad y considerar los eventos como “no renovables”, es decir, como hechos que no puede volver a ocurrir en el curso de vida de los individuos; solo una vez se sale del sistema educativo por última vez (aunque esto siempre está limitado por el momento de nuestra observación) y solo una vez se ingresa al mercado laboral. Dado el proceso de desestandarización de las transiciones a la adultez mencionado por Brückner y Mayer (2004), Pardo (2005), Ciganda (2008) y Cardozo y Iervolino (2009) entre otros, no puede suponerse que a la salida de la educación le sigue inmediatamente la entrada al primer empleo. Es esperable que existan diferentes tipos de transición, que pueden incluir cierto hiato o bien cierta superposición entre estados. Para captar estas diferencias, se construyó una tipología de tipos de transición de la educación al trabajo, que se presentará oportunamente. Una tercera pregunta, entonces, vertebra la investigación: ¿cómo ha cambiado la prevalencia de los distintos tipos de transición en las últimas dos décadas? En cuanto a los métodos, para la primera descripción de los resultados se utilizará el análisis de historia de eventos. Los modelos explicativos, que permitirán observar el riesgo relativo de que se produzca un evento (salir de la educación o entrar al primer empleo), serán de riesgos proporcionales (Cox). Estos modelos semiparamétricos permiten trabajar en los términos mencionados sin asumir a priori ninguna Notas de Población N° 96 • CEPAL 113 distribución paramétrica del tiempo de supervivencia, sino simplemente que los riesgos son proporcionales a lo largo del tiempo. Para incorporar como predictores ciertos eventos que no son fijos en la vida de las jóvenes (tener un hijo, salir del hogar), se agrega el procedimiento de “partición del episodio” (episode splitting). B. Resultados 1. El calendario de la transición, ¿retraso o adelanto? ¿Se ha adelantado o retrasado la transición de la educación al trabajo? Como se expresó más arriba, esta transición involucra dos eventos, por lo tanto, se observarán separadamente. En primer lugar, se considera la edad de salida de la educación. La primera conclusión importante es que los jóvenes han postergado la salida de la educación en las última dos décadas (véase el gráfico 1). Si bien este aumento en la edad de salida no tiene por qué traducirse de forma mecánica en una mayor acumulación de años de educación, lo más probable es que ocurra este fenómeno, que puede deducirse de otros estudios (Bucheli y Casacuberta, 2010). Gráfico 1 Uruguay: análisis de supervivencia por edad de salida de la educación, 1990 y 2008 a (En porcentajes y años de edad) 100 75 50 25 0 5 10 15 1990 20 25 2008 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Diferencias significativas al 5% (prueba del rango logarítmico y prueba de Wilcoxon). Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... 114 En cuanto a la edad del primer empleo, se observa una leve postergación en las cohortes más recientes (véase el gráfico 2). Además, resulta interesante que a los 29 años la casi totalidad de jóvenes de esta cohorte ha tenido un primer empleo. El motor más importante de este cambio es la entrada al mercado laboral de las mujeres. Gráfico 2 Uruguay: análisis de supervivencia por edad de entrada al primer empleo, 1990 y 2008 a (En porcentajes y años de edad) 100 75 50 25 0 10 15 1990 20 25 2008 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Diferencias significativas al 5% (prueba del rango logarítmico y prueba de Wilcoxon). Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. Una vez observadas las principales tendencias, se analizará a qué edades el 25%, el 50% y el 75% de los jóvenes han pasado por uno y otro evento. El universo de estudio será diferente en este caso, porque solo se incorporará a quienes efectivamente atravesaron el evento y no a toda la población de 15 a 29 como en los gráficos anteriores. Se observa nuevamente el retraso en el calendario de salida de la educación y la poca diferencia en el calendario de entrada al primer empleo (véase el cuadro 1). Por cierto, el promedio esconde heterogeneidades, ya que existen subpoblaciones con mayor retraso. Concretamente, el cambio ha sido más importante en las mujeres de fuera de Montevideo, quienes partían de niveles más bajos de educación (análisis no presentados). Notas de Población N° 96 • CEPAL 115 Cuadro 1 Uruguay: edad de salida de la educación y entrada al trabajo según cuartiles de población, 1990 y 2008 a (En años de edad)     Salida de la educación 25% 50% 75% 12 15 15 15 17 18 1990 2008 25% 15 16 Entrada al trabajo 50% 75% 17 18 18 19 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Corresponde a jóvenes de 15 a 29 años que han pasado por estos eventos. 2. El calendario de la transición: ¿convergencia o polarización? La segunda pregunta de la investigación refiere a la convergencia o polarización entre subpoblaciones. a) El calendario de salida de la educación En cuanto a la salida de la educación, si observamos la diferencia entre varones y mujeres, la comparación entre cohortes arroja indicios de polarización (véase el gráfico 3). La salida más tardía del sistema educativo de las mujeres, que no existía en la cohorte entrevistada en 1990, se observó en la de 2008, sobre todo en las edades correspondientes a los estudios universitarios (nivel educativo en el que son mayoría). Gráfico 3 Uruguay: análisis de supervivencia por edad de salida de la educación, según sexo, 1990 y 2008 a (En porcentajes y años de edad) A. 1990 100 75 50 25 0 5 10 15 Hombres 20 Mujeres 25 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... 116 Gráfico 3 (conclusión) B. 2008 100 75 50 25 0 5 10 15 Hombres 20 25 Mujeres Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Diferencias no significativas en 1990 y significativas al 5% en 2008 (prueba del rango logarítmico y prueba de Wilcoxon). Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. En cuanto a las diferencias relativas a la estratificación social, la pauta de desigualdad entre los tres niveles permanece inalterada (véase el gráfico 4)4. Por tanto, la mayor permanencia en el sistema educativo a nivel general no ha sido acompañada de un proceso convergente entre las trayectorias educativas de los diferentes estratos, sino de un mantenimiento de las diferencias. Dicho de otro modo, no ha habido en los sectores más bajos un aumento tan importante como para superar el aumento de los sectores altos y avanzar hacia la convergencia. Finalmente, en las diferencias a nivel territorial, puede observarse una tendencia moderada a la convergencia (véase el gráfico 5). Esta se registra en el contexto de una mayor permanencia de los jóvenes en el sistema educativo formal tanto en Montevideo como en el resto del país (el interior)5, debido a una permanencia proporcionalmente superior en esta última región. 4 5 Con las fuentes empleadas, solo es posible obtener un indicador de pobreza a partir de los ingresos del hogar en el que residen los jóvenes al momento de la encuesta. A raíz de esta limitación, se utilizó el nivel educativo de la madre como variable indirecta de estratificación social, dada la antecedencia temporal que mantiene en relación con los eventos de salida de la educación y entrada al primer trabajo de los jóvenes. Esta variable construida consta de tres niveles: bajo (hasta primaria completa), medio (hasta secundaria completa) y alto (nivel terciario). A raíz de restricciones similares a las impuestas por la información disponible con relación a la construcción de una variable de estratificación social, en el caso de la región de residencia se optó por vincular información referente a movimientos migratorios internos y a la edad de salida de la educación, con la intención de reconstruir el nexo temporal entre la pertenencia geográfica (desagregada en dos componentes: Montevideo e interior) y el evento de dejar el sistema educativo. Notas de Población N° 96 • CEPAL 117 Gráfico 4 Uruguay: análisis de supervivencia por edad de salida de la educación, según estratificación social, 1990 y 2008 a (En porcentajes y años de edad) A. 1990 100 75 50 25 0 5 10 15 20 25 B. 2008 100 75 50 25 0 5 10 Nivel bajo 15 Nivel alto 20 25 Nivel medio Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Diferencias significativas al 5% en los dos años (test de Cox). Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... 118 Gráfico 5 Uruguay: análisis de supervivencia por edad de salida de la educación según región, 1990 y 2008 (En porcentajes y años de edad) A. 1990 100 75 50 25 0 5 10 15 20 25 B. 2008 100 75 50 25 0 5 10 15 Montevideo 20 25 Interior Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Diferencias significativas al 5% (prueba del rango logarítmico y prueba de Wilcoxon). Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. En resumen, la disyuntiva entre convergencia y polarización tiene varias respuestas. Por un lado, existe una mayor convergencia a nivel de región; por otro, no se registran cambios importantes en torno a las distintas posiciones en la estratificación social; finalmente, se polariza la diferencia entre mujeres y varones. Notas de Población N° 96 • CEPAL b) 119 El calendario de entrada al primer empleo A continuación se analiza el otro evento a considerar, la entrada al primer empleo. En cuanto a la distinción entre sexos, se observa un proceso de convergencia (véase el gráfico 6). Existen dos factores relevantes: la postergación comparativamente mayor del inicio de la vida laboral en los varones adolescentes, y un incremento del contingente de mujeres que se incorporaron al mercado de trabajo, proporcionalmente muy superior al de los hombres. Gráfico 6 Uruguay: análisis de supervivencia por edad de entrada al primer empleo, según sexo, 1990 y 2008 (En porcentajes y años de edad) A. 1990 100 75 50 25 0 10 15 20 25 B. 2008 100 75 50 25 0 10 15 20 Hombres Mujeres 25 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Diferencias significativas al 5% (prueba del rango logarítmico y prueba de Wilcoxon). Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... 120 En definitiva, si bien los varones siguen ingresando más prematuramente al mercado, la brecha es menor, lo que puede anotarse como evidencia de la convergencia general de los cursos de vida de varones y mujeres que se observa como tendencia secular. Sin embargo, en cuanto a los diferentes sectores de la estratificación social, la interpretación es menos directa. Se observa una tendencia convergente entre el estrato bajo y el medio, pero los jóvenes del estrato alto siguen incorporándose notoriamente más tarde al mercado laboral, acaso aprovechando la moratoria social que caracteriza a la juventud de esos sectores (véase el gráfico 7). Nuevamente, la incorporación de todas las mujeres al mercado laboral (en gran medida, de las mujeres de sectores bajos que permanecían como amas de casa en las décadas anteriores) trae consigo un efecto igualador de las diferencias. Por último, el calendario de entrada al primer trabajo de los jóvenes tiende a converger entre Montevideo y el interior del país (análisis no presentados). En términos generales, podemos observar una mayor tendencia a la convergencia que a la polarización del calendario de entrada al mercado laboral, lo que está en consonancia con la mayor equidad de género y territorial, aunque no en términos de estratificación social, que ha experimentado el país. Ahora es necesario analizar el tipo de transiciones que tienen los jóvenes de ambas cohortes, ya no en ambos eventos por separado, sino tomando la transición de la educación al trabajo en términos globales. Gráfico 7 Uruguay: análisis de supervivencia por edad de entrada al primer empleo, según estratificación social, 1990 y 2008 (En porcentajes y años de edad) A. 1990 100 75 50 25 0 10 15 20 25 Notas de Población N° 96 • CEPAL 121 Gráfico 7 (conclusión) B. 2008 100 75 50 25 0 10 15 Nivel bajo 20 Nivel alto 25 Nivel medio Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Diferencias significativas al 5% (prueba del rango logarítmico y prueba de Wilcoxon). Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. 3. Tipología de las transiciones de la educación al trabajo Las diferentes transiciones de la educación al trabajo de los jóvenes de ambas cohortes pueden analizarse desde una tipología que hemos construido a tal efecto. Refleja cuatro posibles formas de procesar el calendario de salida de la educación y entrada al primer empleo desde la interacción entre ambos eventos. Cuadro 2 Tipología de la transición de la educación al trabajo Categoría a Pretransición Transición inmediata Transición con hiato b Transición con solapamiento de estatus La definición se aplica a… …jóvenes que no abandonaron aún la educación. …jóvenes que comenzaron a trabajar en el mismo año en que habían abandonado la educación. …jóvenes que vivieron un hiato entre la salida de la educación y la entrada al mercado laboral. …jóvenes que trabajaron y estudiaron simultáneamente durante cierto período. Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Dadas las características de los datos disponibles, esta duración temporal se define a partir de la diferencia entre la edad de ocurrencia de un evento y la de otro, medida en años. b Se decidió no utilizar el término “ni-ni” para el período en que los jóvenes no estudian ni trabajan, dado que, a pesar de su popularidad, es un concepto engañoso que puede tener una lectura peyorativa al denotar pasividad. Pese a no trabajar ni estudiar, la mayoría de esos jóvenes buscan trabajo o se encuentran trabajando en tareas no remuneradas, como el cuidado de miembros dependientes de las familias. De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... 122 Los tipos de transición predominantes en una y otra cohorte difieren extraordinariamente (véase el gráfico 8)6. En ambas cohortes se registra un leve incremento de transiciones inmediatas, pero sobre todo un incremento muy relevante de la transición con solapamiento de estatus, cuyo correlato es el importante decrecimiento de la transición con hiato. Estos dos tipos de transición se conectan de forma inversa, de modo que, en gran medida, la disminución proporcional de una genera el aumento de la otra. El fenómeno se vincula con la tendencia a la mayor acumulación de años de estudio en el promedio de los jóvenes encuestados y el consiguiente retardo de su salida de la educación. En cualquier caso, la disminución porcentual de la transición con hiato es un dato a considerar, dado que se la suele interpretar como un evento creciente y asociado a un mayor riesgo de pobreza y exclusión. Gráfico 8 Uruguay:tipos de transición de la educación al trabajo, 1990 y 2008 a (En porcentajes) 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Pretransición Transición inmediata 1990 Transición con hiato Transición con solapamiento de estatus 2008 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Corresponde a cohortes de 25 a 29 años. Para ampliar el análisis sobre la disminución de la transición con hiato, conviene observar la duración de este, es decir, el tiempo que estuvieron sin trabajar ni estudiar los jóvenes que pasaron por esa 6 Se analizará en un grupo específico de la muestra, la subpoblación de 25 a 29 años, ya que en él se pueden observar con mayor claridad los fenómenos sugeridos (muy pocas personas se encuentran en estado de pretransición a esas edades). Notas de Población N° 96 • CEPAL 123 transición. No solo sabemos que los tipos de transición inciden en el bienestar presente y futuro de los jóvenes, sino también que la duración de ese hiato es relevante. Hay una diferencia sustancial entre pasar un período de uno o dos años sin trabajar ni estudiar y permanecer en esa situación por un período más largo, lo que puede dificultar la inserción laboral. Los datos muestran que la duración media del hiato entre la salida de la educación y la entrada al trabajo ha disminuido para todas las edades (véase el gráfico 9). Nuevamente, el fenómeno está provocado por el incremento general de los años de educación de los jóvenes (especialmente las mujeres) en la cohorte más reciente. En las mujeres aumenta considerablemente la proporción de la transición con solapamiento de estatus y en mayor proporción que en el caso de los varones (análisis no presentados). Estos cambios encierran una transformación de más largo aliento, sugerida anteriormente, en cuanto a las pautas de diferenciación por género de los roles productivo y reproductivo, que genera una mayor convergencia de los cursos de vida de varones y mujeres. Gráfico 9 Uruguay: duración media del período entre la salida de la educación y la entrada al trabajo para quienes atravesaron una transición con hiato, 1990 y 2008 (En años) A. 1990 5 4 Años 3 2 1 0 15 16 17 18 19 20 21 22 Edad 23 24 25 26 27 28 29 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... 124 Gráfico 9 (conclusión) B. 2008 5 4 Años 3 2 1 0 15 16 17 18 19 20 21 22 Edad 23 24 25 26 27 28 29 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. 4. Factores asociados a la transición de la educación al trabajo Para finalizar con el análisis de datos, en la primera parte de la última sección se especifican algunos modelos que permiten identificar con qué atributos de los jóvenes está asociada la edad de salida de la educación y la de entrada al trabajo. En la segunda parte, se exponen los factores vinculados al tipo de transición de la educación al trabajo por el que transita cada joven, de acuerdo con la tipología construida en el punto anterior. a) Factores asociados a la edad de salida de la educación El modelo de riesgos proporcionales de Cox (descrito en la sección B) es el más apropiado para observar los factores que inciden en el riesgo relativo de que ocurra el evento. De esta manera, el análisis de supervivencia puede utilizarse de modo similar al de un análisis de regresión con datos transversales. En los gráficos 10a y 10b se presentan los coeficientes resultantes del modelo, incluidos los intervalos de confianza al 95%, para facilitar su interpretación. En los casos en que el intervalo de confianza no incluye el cero, se trata de un coeficiente estadísticamente significativo. Si es superior a cero (cuadrante derecho), indicará un mayor riesgo de salir de la educación, y si es menor (cuadrante izquierdo), un menor riesgo. El análisis se centra en la salida de la educación de varones y mujeres por separado, dada la diferente estructura de determinación en cada caso. Las variables independientes se vinculan a dos grandes bloques: los atributos sociodemográficos y otros eventos de la transición a la adultez7. 7 Otras variables que podrían resultar de interés (la estructura del hogar de residencia de los jóvenes, el orden de paridez, la condición de actividad laboral de los padres) no estuvieron disponibles en las bases de datos empleadas. Notas de Población N° 96 • CEPAL 125 Gráfico 10 Uruguay: estimación de modelos de riesgos proporcionales de factores asociados a la edad de salida de la educación, 1990 y 2008 a A. Hombres Región (interior) Predictores Estratificación media Estratificación alta Tuvo hijo Salió del hogar Entró al primer trabajo -1,5 -1,0 -0,5 0 0,5 1,0 Coeficientes e intervalos de confianza al 95% B. Mujeres Región (interior) Predictores Estratificación media Estratificación alta Tuvo hijo Salió del hogar Entró al primer trabajo -1,5 -1,0 -0,5 0 0,5 1,0 Coeficientes e intervalos de confianza al 95% 1990 2008 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. En primer lugar, las diferencias dadas por la región y el lugar en la estratificación son del mismo tenor en hombres y en mujeres. Por una parte, las diferencias entre la capital y el resto del país eran importantes en la primera cohorte, pero han disminuido, lo que confirma la hipótesis de convergencia que se había observado en el punto 2 de esta sección. Por otra parte, la posición en la estratificación social se vincula clara y ordenadamente con la salida de la educación: cuanto más alta es la ubicación, menor es la probabilidad de salida, es decir, la permanencia en el sistema es mayor. Si se comparan los coeficientes de una y otra cohorte, se confirma una leve acentuación de esta tendencia, que polariza el calendario según estratos para ambos sexos. 126 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... En segundo lugar, los eventos de la transición a la adultez especificados influyen diferencialmente en la salida de la educación según el sexo de los jóvenes. Si bien en ambos casos entrar al mercado laboral aumenta la probabilidad de salir de la educación, la salida del hogar y el nacimiento del primer hijo tienen efectos diferentes. En los hombres, el hecho de haber salido del hogar o de haber tenido un hijo no modifica la probabilidad de salir de la educación. En el caso de las mujeres, en cambio, se observan dos efectos interesantes: la salida del hogar, que en la primera cohorte disminuía las probabilidades de salir de la educación, no tiene efecto en la más reciente. Y la maternidad, que no se relacionaba con la salida de la educación, aumenta la probabilidad de ese evento. Este último coeficiente es el más interesante y el de interpretación más directa, puesto que los cuidados infantiles recaen principalmente en las mujeres, que tienen menores posibilidades de continuar los estudios una vez que se convierten en madres, mientras que no se observa ese efecto en los varones (que de todos modos son progenitores-estudiantes en una proporción tan elevada como la correspondiente a las jóvenes, siendo la maternidad más temprana que la paternidad). b) Factores asociados a la edad de entrada al primer empleo A continuación se especifica el modelo de Cox para explicar el evento de entrada al primer empleo, con la misma estructura de determinación que en el caso anterior. Los resultados indican que las jóvenes tienen un menor riesgo de entrar al mercado de trabajo que sus pares varones (análisis no presentados), aunque en 2008 esta correlación entre el sexo y la entrada al primer empleo es mucho menor, lo que indica una convergencia entre los cursos de vida de varones y mujeres. Atendiendo las diferencias que de todos modos subsisten en relación con la dimensión de género, se volvió a especificar el modelo para hombres y mujeres por separado. En primer lugar, no existen diferencias de calendario de acuerdo con la región del país, pero sí según el lugar ocupado en la estratificación social. Básicamente, el efecto de pertenecer al estrato más alto en relación con el más bajo (de referencia) es un retraso de la entrada en el mercado laboral, como era de esperarse. Tal moratoria en la asunción de roles laborales suele formar parte de la inversión en capital humano que redundará en una inserción laboral probablemente mejor cuando esos jóvenes ingresen al mercado. En todo caso, el dato más interesante es que estas diferencias son más pronunciadas para los hombres que para las mujeres. En segundo lugar, tal como se observó en los modelos anteriores, la conexión entre eventos de la transición a la adultez es distinta según Notas de Población N° 96 • CEPAL 127 el sexo. En este caso, el dato más interesante es la confirmación de que el nacimiento del primer hijo es determinante para las mujeres (baja la probabilidad de ingresar al mercado de trabajo) y no tiene efecto para los hombres. Esto es coherente con la tendencia de sobrecarga femenina en los cuidados infantiles, que se comentó anteriormente. Existe sólida evidencia en torno a la inserción deficiente e intermitente de las mujeres en el mercado laboral, a causa del costo de oportunidad de estas tareas de cuidado, lo que pone en evidencia la relación entre los eventos públicos y privados de la transición a la adultez. Si bien en la cohorte más reciente esta determinación es menor, aún es importante. Por otra parte, la salida de la educación se vincula con la entrada al mercado laboral, tal como se podía prever. La transición de la educación al trabajo puede verse como una única transición con dos eventos, por lo que era esperable que ambos eventos estuviesen interconectados en el mismo sentido observado antes. Entre otras cosas, resulta razonable desde la óptica del costo de oportunidad, dado que se trata de opciones relativamente competitivas. Asimismo, esta asociación disminuye su fuerza en la cohorte más reciente (sobre todo para las mujeres, que en las casi dos décadas transcurridas entre las encuestas han aumentado su permanencia en el sistema educativo y su inserción laboral). Este dato puede considerarse un refuerzo de lo ya observado: el aumento de las transiciones con solapamiento de estatus, en las que la educación y el trabajo son tareas simultáneas. Gráfico 11 Uruguay: estimación de modelos de riesgos proporcionales de factores asociados a la edad de entrada al mercado laboral, 1990 y 2008 a A. Hombres Región (interior) Predictores Estratificación media Estratificación alta Tuvo hijo Salió del hogar Salió de la educación -1,0 -0,5 0 0,5 Coeficientes e intervalos de confianza al 95% 1990 2008 1,0 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... 128 Gráfico 11 (conclusión) B. Mujeres Región (interior) Predictores Estratificación media Estratificación alta Tuvo hijo Salió del hogar Salió de la educación -1,0 -0,5 0 0,5 Coeficientes e intervalos de confianza al 95% 1990 1,0 2008 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ), 2008. a Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. c) Factores asociados al tipo de transición de la educación al trabajo Con este último modelo, se intenta determinar los factores asociados al hecho de haber pasado por un tipo u otro de transición de la educación al trabajo, según la tipología ya presentada. Para especificar el modelo, no se tomó en cuenta la categoría de pretransición, que no representa una transición en sentido estricto. Con transición inmediata como categoría de referencia, se especificó un modelo de regresión logística multinomial que permite saber la influencia de ciertos atributos en el riesgo de haber pasado por una transición con hiato y en el riesgo de haber pasado por una transición con solapamiento de estatus, en ambos casos con relación a la transición inmediata. Estimaremos para cada predictor la razón de riesgo relativo, que nos permitirá ver la vinculación de cada categoría de la variable predictora al aumento o disminución del riesgo de haber pasado por cierta transición (véase el gráfico 12). Cuando los intervalos de confianza no incluyen el valor de uno (línea punteada), esta razón será estadísticamente significativa; si es superior a uno, interpretamos que la categoría en cuestión aumenta dicho riesgo y, si es inferior, lo disminuye. Los predictores elegidos son nuevamente las variables sociodemográficas básicas (sexo, región, estratificación vertical) y los eventos de la transición a la adultez (el comienzo de la vida reproductiva y la salida del hogar de origen). Notas de Población N° 96 • CEPAL 129 Gráfico 12 Uruguay: estimación de modelos de regresión logística multinomial de factores asociados a la probabilidad de transición con hiato y de transición con solapamiento de estatus, 1990 y 2008 a (Razón de riesgos relativos) Transición con solapamiento de estatus Transición con hiato Sexo (mujer) Región (interior) Estratificación media Estratificación alta Tuvo hijo Salió del hogar Sexo (mujer) Región (interior) Estratificación media Estratificación alta Tuvo hijo Salió del hogar 0 2 4 6 Cociente de probabilidades e intervalos de confianza al 95% 1990 8 2008 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Nacional de la Juventud, 1990, y la Encuesta Nacional de Juventudes (ENAJ), 2008. a Corresponde a cohortes de 15 a 29 años. Pueden extraerse una variedad de conclusiones de los modelos especificados. En primer lugar, en ambas cohortes las mujeres tienen un mayor riesgo de haber pasado por una transición con hiato o con solapamiento de estatus con respecto a la categoría de referencia. En cuanto a la transición con hiato, en 2008 el riesgo relativo es menor que en 1990, hecho que puede estar vinculado, nuevamente, al aumento de los años de escolarización formal de las mujeres, lo que también explica el aumento del riesgo de pasar por una transición con solapamiento de estatus. Al estar más años en la educación e ingresar más tardíamente al empleo, pero con menos diferencia que antes con respecto a los hombres, las mujeres tienen un mayor riesgo de pasar por una transición con solapamiento de estatus en la cohorte más reciente. La región de pertenencia no modifica el riesgo de pasar por una transición u otra, salvo por un caso: en 1990 resultaba menos probable la transición con solapamiento de estatus para los individuos de fuera de Montevideo, pero en 2008 las diferencias desaparecen. Esto puede deberse al aumento de los años de escolarización en el interior del país 130 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... gracias al incremento de la oferta (ANEP, 2005)8. Con respecto a la estratificación social vertical, se verifica que en la cohorte más reciente la transición con hiato es menos probable cuanto más alto es el estrato, mientras que en la de 1990 no había diferencias entre estratos. La polémica académica y pública respecto de los jóvenes que no estudian ni trabajan y que estarían en los estratos más bajos se une a la evidencia construida con las estimaciones de este modelo, que muestra una mayor desigualdad en ese sentido. En cambio, al contrastar la transición inmediata con la transición con solapamiento de estatus, se mantiene la tendencia de un mayor riesgo relativo de los estratos más altos de haber pasado por una transición con solapamiento de estatus. Finalmente, cabe observar la influencia de los otros eventos de la transición a la adultez en el riesgo relativo de pasar por ciertas transiciones. En primer lugar, haber tenido un hijo, que no modificaba el riesgo relativo de haber pasado por una transición con hiato en 1990, aumenta este riesgo en 2008, y disminuye, para ambas cohortes, el riesgo de transición con solapamiento de estatus, lo cual tiene sentido desde la perspectiva del costo de oportunidad y de uso del tiempo, considerando la dedicación necesaria para la crianza de los hijos, la educación y el trabajo de forma simultánea. La salida del hogar no se asocia a diferencias en las transiciones, tal como se han modelizado aquí. En síntesis, el cambio más importante que emerge de este modelo refiere a la transición con hiato. Mientras que en la primera cohorte de 1990 el único factor asociado a una probabilidad diferencial de pasar por esa transición era el sexo (mayor probabilidad de que exista un hiato entre estudio y trabajo en las mujeres), en la más reciente se incorpora otro factor relevante: el lugar en la estratificación social. Resulta claro que en estas últimas dos décadas aumentó la desigualdad en ese sentido; los jóvenes provenientes de los estratos más bajos son quienes tienen un mayor riesgo de pasar por un período de hiato en su transición de la educación al trabajo. Por tanto, la hipótesis que podría mantenerse con estos datos no es aquella en que se considera a este período “un lujo” de los estratos más altos, sino la que observa este hiato como una exclusión de ambos sistemas que repercute en la mayor vulnerabilidad de los estratos más bajos en las cohortes más recientes. En la sección D se retoma la interpretación de los datos analizados. 8 Como se observa, el evento que genera más diferencias en las transiciones en el lapso de 1990 a 2008 es el cambio en la edad de salida de la educación, ya que la edad de entrada al mercado de trabajo se modificó en menor medida (véase el punto 1 de esta sección). Notas de Población N° 96 • CEPAL 131 C. Conclusiones y discusión La transición de la educación al trabajo tiene efectos de largo plazo en el curso de vida de las personas. La evidencia sugiere que de la forma y el momento en que se abandone la educación y del lugar que se ocupe en la estructura ocupacional al momento del primer empleo depende en gran medida la posición que ocupará el joven en la estratificación social a lo largo de su vida. En este artículo se ha intentado lograr un acercamiento al calendario de esta transición, es decir, los momentos en que ocurren ambos eventos, así como a las distintas combinaciones que pueden existir y que generan distintas modalidades de transición. Por cierto, tanto nuestros datos como el análisis emprendido tienen limitaciones9. A pesar de ello, han permitido construir evidencia relevante, que funciona como un acercamiento inicial al tema. En cuanto al cambio del calendario, fue posible conocer el leve retraso en la edad de entrada al primer empleo, así como la marcada postergación de la salida del sistema educativo, que indica una mayor acumulación de años de escolarización. No obstante, la particularidad del caso uruguayo para este período radica en que el aumento de los años de estudio no supone necesariamente un incremento de los ciclos completados por los alumnos; por el contrario, el porcentaje de jóvenes con ciclo básico completo y secundaria completa se ha mantenido en los últimos 20  años. De todos modos, el aumento de los años de estudio implica un salto adelante. Puede deberse en parte a las reformas educativas que establecieron la obligatoriedad legal de la asistencia al primer ciclo de educación secundaria y probablemente facilitaron la mayor permanencia de los estudiantes en el sistema. Uno de los aspectos más importantes de la salida de la educación es que el calendario de este evento muestra diferencias por estratos sociales que no disminuyen, por lo que el avance hacia la convergencia continúa siendo un desafío para el futuro. Sí se observa una convergencia entre Montevideo y el resto del país y, en términos de género, una polarización de la diferencia en favor de las mujeres. 9 No se analizó en detalle el nivel educativo alcanzando, sino el calendario de la salida de la educación, que puede darse tanto por deserción temprana como por haber alcanzado el nivel deseado. Tampoco se trabajó con datos sobre la calidad de la inserción en el mercado laboral. Además, la fuente de datos utilizada no registra las entradas y salidas del mercado de trabajo, que son típicas en el comienzo de la vida laboral, ni procede de un relevamiento longitudinal, que sería lo deseable para este tipo de estudio, sino que se basa en la información retrospectiva brindada por dos relevamientos transversales (1990 y 2008). 132 De los libros a las ocho horas: la transición de la educación... Por otra parte, la entrada al primer empleo tiende a converger entre varones y mujeres, al tiempo que sigue existiendo una diferencia considerable entre la entrada, más tardía, de los jóvenes de los estratos más altos con respecto a los más bajos. Esto demuestra que los roles son parcialmente competitivos: los jóvenes que pueden hacerlo, permanecen más tiempo en el sistema educativo, dilatando la entrada al mercado laboral, que luego se producirá en condiciones más ventajosas, por el capital humano acumulado durante el proceso. Los modelos explicativos confirman parte de lo sugerido por los datos descriptivos. Se observa la convergencia entre hombres y mujeres en la transición de la educación al trabajo y la cristalización de las barreras a la convergencia establecidas por la estratificación social. Tal como lo señalan otros estudios, la falta de convergencia entre sectores sociales indica que las oportunidades escolares y de trabajo siguen siendo desiguales. En una sociedad altamente estratificada, parece ser más probable la convergencia de género entre sectores de igual posición social que el cambio del curso de vida de los jóvenes que ocupan un lugar distinto en la estratificación social. Aunque el calendario del acceso al primer empleo solo se ha modificado levemente, la tipología presentada muestra que los tipos de transición de un sistema a otro han cambiado de forma significativa. Fundamentalmente, porque el mayor acceso a la educación con un calendario de ingreso al empleo casi invariable ha hecho que la situación de superposición de estatus se vuelva una pauta predominante entre los jóvenes. Si bien en estos 20 años comenzó a ser frecuente la convivencia de los roles de trabajador y estudiante, aún existe una elevada proporción de jóvenes que tienen períodos largos de moratoria de roles laborales, lo que puede ser una antesala de situaciones de exclusión social si esa moratoria no está al servicio de la acumulación de capital humano. El hecho de que la matrícula de educación media sea predominantemente generalista y propedéutica a los estudios universitarios puede contribuir a la falta de ajuste entre el mercado de empleo y las destrezas laborales de las personas. Cuando se reúna más evidencia en torno a la transición de la educación al trabajo, los matices con que se procesa, los procesos simultáneos a esa etapa, los determinantes del tipo de transición por el que pasa cada joven, el impacto subjetivo que genera y la influencia en otros eventos de la transición a la adultez, podrá completarse el mapa de situaciones existentes en esta transición y avanzar hacia una comprensión más acabada de los mecanismos causales que subyacen a las tendencias observadas. Notas de Población N° 96 • CEPAL 133 Bibliografía Aassve, A., F. Billari y R. Picarretta (2007), “Strings of adulthood: analyzing work-family trajectories using sequence analysis”, European Journal of Population, vol. 23, Nº 3-4. ANEP (Administración Nacional de Educación Pública) (2005), Panorama de la educación en Uruguay: una década de transformaciones, Montevideo, Rosgal. Arnett, J.J. 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Año XL, Número 96 Notas 96 de Población Notas 96 de Población Notas de Población 96 Primera edición Impreso en Naciones Unidas • Santiago de Chile • S1300305 ISSN 0303-1829 ISBN: 978-92-1-221111-4 • Número de venta S.13.II.G.11 Copyright © Naciones Unidas 2013 Notas de Población www.cepal.org/publicaciones Comisión Económica para América Latina y el Caribe • CEPAL Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía • CELADE