El mercado de trabajo bajo el nuevo régimen económico en Argentina
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El mercado de trabajo bajo el nuevo régimen económico en Argentina
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Resumen
El documento analiza los efectos del proceso de estabilización y reforma estructural de los años noventa sobre el comportamiento del empleo y las remuneraciones. El mercado de trabajo, que fue sujeto de adecuaciones en su marco institucional acordes con las encaradas en otras áreas, no acompañó el éxito que el país registró en cuanto a estabilidad y crecimiento. El escaso impacto de la expansión de la producción sobre la ocupación que se observó entre 1991 y 1995 contribuyó a elevar el desempleo -que alcanzó valores inéditos para el país—y se constituyó en la principal preocupación económica. La baja elasticidad empleo-producto obedeció al mejor aprovechamiento de la capacidad instalada ociosa y de la mano de obra ocupada en la producción pero, principalmente, al impacto de la reestructuración productiva derivada de la apertura, la desregulación y las privatizaciones así como de la reanimación de la inversión y de la apreciación cambiaria. Tales factores provocaron la sustitución de trabajo por capital e insumos importados así como la elevación de la productividad conjunta de los factores. El hecho que la lenta evolución del empleo formal no derivase en un crecimiento compensador del sector informal y que sus efectos recayesen sobre el desempleo abierto es una característica llamativa del período.Debido a que durante el período analizado operaron los efectos del proceso de reconversión y de los episodios cíclicos, resulta dificultoso desentrañar cuáles son las características típicas del mercado de trabajo del régimen económico que va emergiendo. Sin embargo, la elevada importancia de la precariedad ocupacional y, por tanto, la mayor volatilidad del empleo total aparecen como rasgos característicos del mismo. El grado de respuesta de la ocupación a los cambios del producto constituye, por el contrario, una variable más difícil de pronosticar. No es razonable suponer que primará aquella muy baja de los primeros años de la convertibilidad cuando el proceso de reconversión productiva ejercía sus efectos plenamente. Pero tampoco es convincente la idea del mantenimiento de los muy altos valores de la elasticidad de 1996 a 1998, período durante el cual la recuperación económica fue acompañada de una significativa creación de puestos de trabajo. Existe, sin embargo, consenso acerca de que la disminución de la desocupación abierta -que hacia fines del período analizado aún superaba el 12%-- y otras manifestaciones de la subocupación sólo podrá lograrse si prevalecen elevadas y sostenidas tasas de crecimiento del producto. Tal escenario resulta también necesario para quebrar la tendencia al estancamiento -y aún a la leve reducción— de las remuneraciones.