Empleo e ingresos rurales no agrícolas en América Latina

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Empleo e ingresos rurales no agrícolas en América Latina

Resumen

El presente libro, está compuesto por catorce artículos, de los cuales once son estudios de caso, referidos a nueve países de América Latina, versa fundamentalmente sobre el empleo rural no agrícola, (ERNA) que en la actualidad constituye la actividad principal de casi 40% de la población económicamente activa de las zonas rurales de la región y aporta cerca de 50% de sus ingresos. El ERNA se compone de dos segmentos: uno de ingresos relativamente altos y bastante demandante en activos, y otro donde encontramos los hogares pobres y las zonas pobres, dedicados a actividades rurales no agrícolas equivalentes a la agricultura de subsistencia", es decir, de baja productividad, mal remuneradas, inestables y con poco potencial de crecimiento. Pese a su importancia numérica, estos trabajadores se encuentran en una suerte de tierra de nadie en lo que a políticas públicas se refiere: en efecto, no los toman en consideración ni los ministerios de industria, vivienda, obras públicas y educación, debido a su marcada vocación urbana; ni los ministerios encargados del rubro agropecuario, volcados como están a la atención exclusiva de su sector. Hay aquí, en consecuencia, una tarea política urgente, a saber, la necesidad de llenar ese vacío, mediante la formulación de iniciativas específicamente orientadas a la promoción del empleo rural no agrícola y tendientes a romper la tradicional desconexión funcional y estructural entre los núcleos urbanos y su entorno rural. Los gobiernos locales pueden cumplir una importante labor en este plano."

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Resumen
El presente libro, está compuesto por catorce artículos, de los cuales once son estudios de caso, referidos a nueve países de América Latina, versa fundamentalmente sobre el empleo rural no agrícola, (ERNA) que en la actualidad constituye la actividad principal de casi 40% de la población económicamente activa de las zonas rurales de la región y aporta cerca de 50% de sus ingresos. El ERNA se compone de dos segmentos: uno de ingresos relativamente altos y bastante demandante en activos, y otro donde encontramos los hogares pobres y las zonas pobres, dedicados a actividades rurales no agrícolas equivalentes a la agricultura de subsistencia", es decir, de baja productividad, mal remuneradas, inestables y con poco potencial de crecimiento. Pese a su importancia numérica, estos trabajadores se encuentran en una suerte de tierra de nadie en lo que a políticas públicas se refiere: en efecto, no los toman en consideración ni los ministerios de industria, vivienda, obras públicas y educación, debido a su marcada vocación urbana; ni los ministerios encargados del rubro agropecuario, volcados como están a la atención exclusiva de su sector. Hay aquí, en consecuencia, una tarea política urgente, a saber, la necesidad de llenar ese vacío, mediante la formulación de iniciativas específicamente orientadas a la promoción del empleo rural no agrícola y tendientes a romper la tradicional desconexión funcional y estructural entre los núcleos urbanos y su entorno rural. Los gobiernos locales pueden cumplir una importante labor en este plano."
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