La industria de microfinanzas en Guatemala: estudio de casos
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La industria de microfinanzas en Guatemala: estudio de casos
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Resumen
El rol de los intermediarios financieros en el crecimiento y en el desarrollo económico han sido probados empíricamente. Lo anterior permite no sólo mayor crecimiento, sino una reducción de pobreza así como un sentido de inclusión financiera. Para países con niveles de bancarización bajo como es el caso de Guatemala, como lo muestra los bajos niveles de depósitos en relación al PIB, la necesidad es aún más imperante. Ese rol es proveído en cierta parte por las IMI, tal es el caso de la gran cantidad de asociados a las CAC y personas servidas por las IMA. El espacio para seguir creciendo en el futuro por parte de éstas instituciones es validad por la Encuesta Nacional de Percepción y Analfabetismo Económico. La desconfianza en las instituciones bancarias y la presencia en el área rural urbana y no urbana permiten la anterior aseveración.La industria del microcrédito ha sido agitada en la última década. La consolidación del movimiento cooperativista junto a las instituciones alternativas ha sido acompañada por un ingreso agresivo de las Unidades Bancarias de Microcrédito.Según cálculos realizados para el presente trabajo, la industria total de microcrédito incluyendo la UBM asciende a más de Q.7.000 millones, lo que equivale a cerca de US$ 900 millones. Dicha cifra a crecido a tasas de doble dígito desde el 2004, fecha en que se puede trazar hacia tras con los datos oficiales la entrada de las UBM. La participación de mercados de microcrédito está dominada por las CAC, con un 48% de participación, aunque dicha importancia disminuyó de un nivel de casi 52% en el 2004. El segmento que ha ganado terreno ha sido el de las UMB que representan más de 36% del mercado a fines del 2007. Por su parte la IMI, que son el restante 15%, se han mantenido estables a lo largo de éste período. Es importante mencionar un hecho coyuntural que puede impactar la dinámica en el mediano plazo. La crisis financiera del 2008 con sus consecuencias en los subsiguientes años permitirá separar la calidad de modelos de microcrédito. Se espera una consolidación, o incluso salida de Unidades o Instituciones que ingresaron al segmento en búsqueda de retornos atractivos en un período de amplia liquidez. Lo que está detrás será la razón de ser del modelo de microcrédito, concebido como un producto financiero integral. Este modelo ha probado ser más sostenible en el tiempo con tasas de recuperabilidad alta, y con beneficios en materia de desarrollo importante. Aquellas instituciones con éstos modelos, podrá sufrir una desaceleración en su crecimiento en el corto plazo, pero serán los que estén mejor preparados para la próxima expansión. Existen otros retos importantes en el segmento, como lo son la profesionalización y mejoramiento de estándares de administración de riesgo (en todo ámbito, crédito, operativo y de mercado). Existe una amplia diversidad en ésta materia, desde instituciones con estándares de alta calidad (ver los dos casos exitosos de Génesis Empresarial y Cooperativa UPA), hasta instituciones con prácticas rudimentarias.Otro aspecto es en el tema legislativo. Es necesario impulsar mejoras en la legislación, que permitan una regulación prudente y supervisión eficiente sobre el sector. Se piensa que una ley inteligente puede catapultar el sector, potenciar la competencia en el sistema financiero total y aumentar la bancarización del país.