Efectos fiscales de la reforma de la seguridad social en Uruguay

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Efectos fiscales de la reforma de la seguridad social en Uruguay

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Resumen Uruguay realizó una reforma estructural en su sistema de previsión social en 1996. Se introdujo un sistema mixto, con un pilar de reparto administrado por el estado y un pilar de capitalización individual con fondos administrados por empresas. La afiliación al sistema fue obligatoria para todos los menores de 40 años cubiertos por el Banco de Previsión Social (BPS);. Sólo aportan al pilar de capitalización los individuos de altos ingresos, mientras que los de bajos ingresos tienen la opción de contribuir a ese pilar. Quienes ejerzan esa opción tienen un premio en la prestación del pilar de reparto. Simultáneamente, se introdujeron cambios importantes en los parámetros del sistema de reparto sobreviviente, básicamente aumentando la edad mínima de retiro femenina y disminuyendo las tasas de reemplazo. Las principales especificidades de la reforma uruguaya son: a); que el pilar de reparto continúa siendo el más importante desde el punto de vista de la cobertura, las contribuciones y las prestaciones, aún después de alcanzada la madurez del nuevo sistema; b); que dentro de las administradoras de fondos existe una de propiedad estatal, que, además, ha captado la mayor parte de las afiliaciones; y c); que no dio lugar a ningún tipo de reconocimiento de deuda a los afiliados. En este trabajo se realizan proyecciones de los ingresos, egresos y resultados financieros del BPS, con y sin pago de intereses, para el período 1996-2050. Estos cálculos se basan en un modelo que simula la trayectoria de 840 individuos representativos. Las proyecciones se realizan para diversos escenarios de crecimiento económico y de tasa de interés. Como ello se hace tanto para situación de reforma como para la hipótesis de ausencia de reforma, se puede medir el efecto de la reforma sobre esas variables. Asimismo, se estima la deuda implícita en el viejo sistema en 1996. Las estimaciones muestran que el resultado fiscal primario se reduce a largo plazo en 2,1% del PBI, independientemente de la trayectoria del PBI per cápita. Esto se logra reduciendo el gasto en prestaciones del pilar de reparto en aproximadamente 5,7% del PBI, que se contrarresta, en parte, con el desvío de contribuciones hacia el pilar de capitalización en alrededor de 3,5% del PBI. A corto y mediano plazo, en cambio, el déficit primario aumenta entre 1,6% y 1,8% del PBI, tanto por la reducción de las contribuciones al pilar de reparto como por un aumento de las prestaciones. El resultado fiscal total, incluyendo los intereses pagados por la financiación del déficit primario, es altamente sensible a las hipótesis sobre crecimiento y tasas de interés. No obstante, el efecto de la reforma es, en la mayoría de los escenarios, el de contraer el déficit a largo plazo entre 0,5 y 2% del PBI.

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Resumen
Resumen Uruguay realizó una reforma estructural en su sistema de previsión social en 1996. Se introdujo un sistema mixto, con un pilar de reparto administrado por el estado y un pilar de capitalización individual con fondos administrados por empresas. La afiliación al sistema fue obligatoria para todos los menores de 40 años cubiertos por el Banco de Previsión Social (BPS);. Sólo aportan al pilar de capitalización los individuos de altos ingresos, mientras que los de bajos ingresos tienen la opción de contribuir a ese pilar. Quienes ejerzan esa opción tienen un premio en la prestación del pilar de reparto. Simultáneamente, se introdujeron cambios importantes en los parámetros del sistema de reparto sobreviviente, básicamente aumentando la edad mínima de retiro femenina y disminuyendo las tasas de reemplazo. Las principales especificidades de la reforma uruguaya son: a); que el pilar de reparto continúa siendo el más importante desde el punto de vista de la cobertura, las contribuciones y las prestaciones, aún después de alcanzada la madurez del nuevo sistema; b); que dentro de las administradoras de fondos existe una de propiedad estatal, que, además, ha captado la mayor parte de las afiliaciones; y c); que no dio lugar a ningún tipo de reconocimiento de deuda a los afiliados. En este trabajo se realizan proyecciones de los ingresos, egresos y resultados financieros del BPS, con y sin pago de intereses, para el período 1996-2050. Estos cálculos se basan en un modelo que simula la trayectoria de 840 individuos representativos. Las proyecciones se realizan para diversos escenarios de crecimiento económico y de tasa de interés. Como ello se hace tanto para situación de reforma como para la hipótesis de ausencia de reforma, se puede medir el efecto de la reforma sobre esas variables. Asimismo, se estima la deuda implícita en el viejo sistema en 1996. Las estimaciones muestran que el resultado fiscal primario se reduce a largo plazo en 2,1% del PBI, independientemente de la trayectoria del PBI per cápita. Esto se logra reduciendo el gasto en prestaciones del pilar de reparto en aproximadamente 5,7% del PBI, que se contrarresta, en parte, con el desvío de contribuciones hacia el pilar de capitalización en alrededor de 3,5% del PBI. A corto y mediano plazo, en cambio, el déficit primario aumenta entre 1,6% y 1,8% del PBI, tanto por la reducción de las contribuciones al pilar de reparto como por un aumento de las prestaciones. El resultado fiscal total, incluyendo los intereses pagados por la financiación del déficit primario, es altamente sensible a las hipótesis sobre crecimiento y tasas de interés. No obstante, el efecto de la reforma es, en la mayoría de los escenarios, el de contraer el déficit a largo plazo entre 0,5 y 2% del PBI.
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