El presente informe trata sobre la transformación de estos retos estructurales en oportunidades estructurales para lograr el crecimiento inclusivo, el desarrollo sostenible y la prosperidad compartida. Hay que analizar tanto la tasa de crecimiento económico como su dirección. Para que los países de América Latina y el Caribe puedan emprender una nueva senda de crecimiento que aborde los retos más importantes de nuestro tiempo, la región debe adoptar un nuevo enfoque en materia de inversión, innovación y estrategia industrial. No se trata de volver a las políticas industriales ya puestas a prueba en el pasado —esto es, políticas dirigidas a reforzar la sustitución de las importaciones o lograr la competitividad de precios—, aunque no cabe duda de que es conveniente conservar algunos elementos importantes. Se trata, básicamente, de replantear el papel del Estado, no como reparador de las fallas del mercado, sino como configurador capaz, competente y seguro del mercado. Se trata de diseñar las relaciones entre el Estado, las empresas, los trabajadores y la ciudadanía con vistas a lograr resultados sociales y medioambientales de una manera más intencionada. Se trata de adoptar un nuevo enfoque de la estrategia industrial orientado por misiones.