Proyecciones latinoamericanas 2001-2002

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Proyecciones latinoamericanas 2001-2002

Resumen

(*); Los autores son funcionarios de la División de Estadística y Proyecciones Económicas de la CEPAL. Este número 16 se terminó de redactar en diciembre de 2001. Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Organización. Resumen La economía de América Latina creció muy lentamente en 2001: se espera un crecimiento cercano a 0,5% para la región en su conjunto, que contrasta con la expansión de 4,1% exhibida en 2000. Esta desaceleración responde en gran medida a un peor desempeño de las economías de mayor gravitación en la región, pero cabe destacar que ha afectado a prácticamente todos los países latinoamericanos. En buena medida, esta caída del crecimiento refleja un peor entorno internacional, caracterizado por la pérdida simultánea de dinamismo de los principales polos económicos mundiales: la economía japonesa vuelve a contraerse, Europa reduce su crecimiento a la mitad, y se produjo la largamente anunciada desaceleración económica en Estados Unidos, más aguda y prolongada de lo que se esperaba. En este marco, también el comercio internacional perdió su dinamismo: se estima que en 2001 el volumen de comercio no crecerá, en tanto los precios de los bienes transados tienden a disminuir, especialmente los de los productos básicos. El contexto externo más adverso se completa con una menor disponibilidad de financiamiento para los mercados emergentes, que se evidencia en el incremento de los spreads en los rendimientos de las deudas de los países latinoamericanos. En los casos de Argentina y Brasil, este incremento contrarrestó con creces las sucesivas reducciones de las tasas de interés rectoras en los países desarrollados (en especial en Estados Unidos);, que de otro modo hubieran aligerado la carga de la deuda externa. La inversión extranjera directa mostró una reducción significativa en la región, debido al agotamiento de los procesos de privatización en muchos países y a las menores reinversiones de utilidades. Ahora bien, la intensidad y los mecanismos por los que cada país fue afectado por la desaceleración de la economía mundial no son los mismos. En algunos casos primó el menor dinamismo del volumen de comercio (típicamente, en México y Centroamérica);, en otros incidió el deterioro de la relación de precios del intercambio (países exportadores de petróleo, minerales y productos tropicales);, en tanto otros se vieron afectados por un menor acceso al financiamiento externo (Argentina y Brasil);. Más aún, en varios casos, los países arrastraban desequilibrios y dificultades internas, que fueron agudizados o puestos al descubierto por el deterioro del marco externo, pero que de todas maneras representaban en sí mismas una traba para el crecimiento. Entre ellos, cabe destacar la crisis energética en Brasil y los problemas de sobreendeudamiento y de manejo de la política económica en la Argentina. Quedaron así en evidencia las dificultades que viene enfrentando la política económica para contrarrestar los efectos de un deterioro de la situación internacional. La reducción de los ingresos públicos derivada del menor crecimiento económico y de la disminución de los precios de exportación de grandes empresas públicas redujo el margen de maniobra de la política fiscal, en tanto el alto nivel de endeudamiento interno y externo de algunos países complicó aún más la situación fiscal. La necesidad de enfrentar vencimientos de esas deudas los forzó a emitir nueva deuda pagando elevados márgenes de interés sobre las tasas internacionales, lo que les impidió aprovechar la reducción del nivel de estas últimas y, en varios países, obligaron a subir las tasas internas. En general, la política monetaria no fue capáz de sostener los niveles de actividad, ya que el crédito al sector privado tendió a disminuir en un marco de débil demanda interna. En esta última han influido la baja capacidad de creación de empleos (en particular de buena calidad); que mostraron las actuales modalidades de desarrollo y la ausencia de fuertes procesos de inversión en la mayoría de los países. Para el año 2002 proyectamos un crecimiento en torno a 1%. Esto, si bien significaría otro año con caída en el producto por habitante, está suponiendo una mejoría en varios países, especialmente en el segundo semestre. Esta proyección supone un marco externo que seguirá siendo poco favorable: aun cuando se espera un cambio de tendencia de la economía mundial (y en especial, de la norteamericana); durante 2002 y una moderada recuperación del comercio, el crecimiento mundial seguiría siendo bajo y los precios de los productos primarios continuarían deprimidos. En el plano interno, los países deberán apoyarse más en el mercado interno y, en muchos casos, recuperar la inversión para superar diversos cuellos de botella y retomar una perspectiva de crecimiento a más largo plazo. También será preciso dar respuestas a situaciones de sobreendeudamiento, crisis financieras y emergencias sociales. Contenido : 1.El marco internacional: situación actual y perspectivas para 2002 a. La economía de Estados Unidos b. Unión Europea y Japón c. Los países en desarrollo 2. Desempeño reciente de las economías latinoamericanas y perspectivas para 2002 3. Algunos factores que condicionarán el desempeño de las economías de la región en 2002 4. Un examen de las consecuencias económicas de los sucesos del 11 de septiembre de 2001 a. Impacto sobre la economía de Estados Unidos b. Impacto sobre las economías latinoamericanas

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Resumen
(*); Los autores son funcionarios de la División de Estadística y Proyecciones Económicas de la CEPAL. Este número 16 se terminó de redactar en diciembre de 2001. Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Organización. Resumen La economía de América Latina creció muy lentamente en 2001: se espera un crecimiento cercano a 0,5% para la región en su conjunto, que contrasta con la expansión de 4,1% exhibida en 2000. Esta desaceleración responde en gran medida a un peor desempeño de las economías de mayor gravitación en la región, pero cabe destacar que ha afectado a prácticamente todos los países latinoamericanos. En buena medida, esta caída del crecimiento refleja un peor entorno internacional, caracterizado por la pérdida simultánea de dinamismo de los principales polos económicos mundiales: la economía japonesa vuelve a contraerse, Europa reduce su crecimiento a la mitad, y se produjo la largamente anunciada desaceleración económica en Estados Unidos, más aguda y prolongada de lo que se esperaba. En este marco, también el comercio internacional perdió su dinamismo: se estima que en 2001 el volumen de comercio no crecerá, en tanto los precios de los bienes transados tienden a disminuir, especialmente los de los productos básicos. El contexto externo más adverso se completa con una menor disponibilidad de financiamiento para los mercados emergentes, que se evidencia en el incremento de los spreads en los rendimientos de las deudas de los países latinoamericanos. En los casos de Argentina y Brasil, este incremento contrarrestó con creces las sucesivas reducciones de las tasas de interés rectoras en los países desarrollados (en especial en Estados Unidos);, que de otro modo hubieran aligerado la carga de la deuda externa. La inversión extranjera directa mostró una reducción significativa en la región, debido al agotamiento de los procesos de privatización en muchos países y a las menores reinversiones de utilidades. Ahora bien, la intensidad y los mecanismos por los que cada país fue afectado por la desaceleración de la economía mundial no son los mismos. En algunos casos primó el menor dinamismo del volumen de comercio (típicamente, en México y Centroamérica);, en otros incidió el deterioro de la relación de precios del intercambio (países exportadores de petróleo, minerales y productos tropicales);, en tanto otros se vieron afectados por un menor acceso al financiamiento externo (Argentina y Brasil);. Más aún, en varios casos, los países arrastraban desequilibrios y dificultades internas, que fueron agudizados o puestos al descubierto por el deterioro del marco externo, pero que de todas maneras representaban en sí mismas una traba para el crecimiento. Entre ellos, cabe destacar la crisis energética en Brasil y los problemas de sobreendeudamiento y de manejo de la política económica en la Argentina. Quedaron así en evidencia las dificultades que viene enfrentando la política económica para contrarrestar los efectos de un deterioro de la situación internacional. La reducción de los ingresos públicos derivada del menor crecimiento económico y de la disminución de los precios de exportación de grandes empresas públicas redujo el margen de maniobra de la política fiscal, en tanto el alto nivel de endeudamiento interno y externo de algunos países complicó aún más la situación fiscal. La necesidad de enfrentar vencimientos de esas deudas los forzó a emitir nueva deuda pagando elevados márgenes de interés sobre las tasas internacionales, lo que les impidió aprovechar la reducción del nivel de estas últimas y, en varios países, obligaron a subir las tasas internas. En general, la política monetaria no fue capáz de sostener los niveles de actividad, ya que el crédito al sector privado tendió a disminuir en un marco de débil demanda interna. En esta última han influido la baja capacidad de creación de empleos (en particular de buena calidad); que mostraron las actuales modalidades de desarrollo y la ausencia de fuertes procesos de inversión en la mayoría de los países. Para el año 2002 proyectamos un crecimiento en torno a 1%. Esto, si bien significaría otro año con caída en el producto por habitante, está suponiendo una mejoría en varios países, especialmente en el segundo semestre. Esta proyección supone un marco externo que seguirá siendo poco favorable: aun cuando se espera un cambio de tendencia de la economía mundial (y en especial, de la norteamericana); durante 2002 y una moderada recuperación del comercio, el crecimiento mundial seguiría siendo bajo y los precios de los productos primarios continuarían deprimidos. En el plano interno, los países deberán apoyarse más en el mercado interno y, en muchos casos, recuperar la inversión para superar diversos cuellos de botella y retomar una perspectiva de crecimiento a más largo plazo. También será preciso dar respuestas a situaciones de sobreendeudamiento, crisis financieras y emergencias sociales. Contenido : 1.El marco internacional: situación actual y perspectivas para 2002 a. La economía de Estados Unidos b. Unión Europea y Japón c. Los países en desarrollo 2. Desempeño reciente de las economías latinoamericanas y perspectivas para 2002 3. Algunos factores que condicionarán el desempeño de las economías de la región en 2002 4. Un examen de las consecuencias económicas de los sucesos del 11 de septiembre de 2001 a. Impacto sobre la economía de Estados Unidos b. Impacto sobre las economías latinoamericanas
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