Resumen A fines de 1998 existía la convicción de que la región había pagado un costo significativo para enfrentar los impactos de las crisis asiática y rusa. Se preveía, especialmente para los países de América del Sur, un primer semestre de 1999 recesivo y una recuperación en la segunda mitad del año. Existían, además, dudas en torno a las perspectivas de Brasil y se confiaba en que una ayuda externa, ya prácticamente negociada, lograría evitar una devaluación brusca. En esas circunstancias se preveía un crecimiento muy reducido y se advertía que si la situación de Brasil empeoraba, la región tendría un año de estancamiento o de recesión. El año 1999 se inició con la crisis brasileña y sus efectos en los países del MERCOSUR, Chile y Bolivia. Esto puso en evidencia problemas serios que no se limitan a la postergación del inicio de la recuperación. A su vez, las crisis que afectan a Ecuador, Colombia y Venezuela muestran aspectos estructurales que van más allá del análisis de corto plazo. En cuanto al resto de los países, gran parte de ellos mostró una baja vulnerabilidad a las turbulencias financieras, o bien evidenciaron una mayor capacidad de recuperación, de acuerdo a lo previsto. Por ello, el análisis de las perspectivas del año 2000 se inicia con una mirada de mediano y lago plazo que procura identificar los factores que influyeron en tan diferentes comportamientos. A continuación, se analiza con una mirada más coyuntural lo sucedido a partir de la crisis asiática, y en particular se evalúa el año 1999. Se constata que en muchos países fue necesario introducir modificaciones a las políticas con que se enfrentó aquella crisis. Se muestra asimismo que, no obstante el crecimiento de un grupo de países, la región presenta un estancamiento en 1999 como fruto del mal desempeño que en general mostró América del Sur. Se examina luego las perspectivas para el año 2000. En primer lugar, se comenta el escenario internacional, poniendo especial hincapié en la recuperación de algunos países de Asia y en el mantenimiento del dinamismo económico en Estados Unidos y en la Unión Europea. En segundo lugar, se presenta las perspectivas de América Latina, donde se espera una recuperación lenta del crecimiento económico, que nuevamente muestra diferencias significativas entre los países de la región. Por último, se hace referencia a un debate de política que adquirió relevancia este año y que probablemente se prolongará durante el entrante, que es el relativo al régimen de tipo de cambio que pueden adoptar los países, considerando el actual entorno internacional y las condiciones por las que pasa hoy la economía latinoamericana.