La profundización de los conocimientos sobre la calidad de vida de las personas mayores representa un gran desafío para investigadores, políticos y para la sociedad en general, debido a su importancia para el acertado diseño e implementación de políticas y programas destinadas a mejorar las condiciones de vida de este segmento de la población, cada vez más importante. El responder a este desafío implica hacer frente a una serie de carencias teóricas, conceptuales e instrumentales que incluyen, entre otras, el uso de enfoques reduccionistas y parciales sobre la vejez y el envejecimiento, así como deficiencias de las metodologías y los instrumentos de valoración. Es importante considerar el grado de importancia que las mismas personas mayores les otorgan a los distintos ámbitos y aspectos de su calidad de vida, al contexto social y cultural en el que se desenvuelven y a las variables de género, clase, etnia y ubicación geográfica, que influyen en la configuración objetiva y subjetiva de las condiciones de vida. Por último, es recomendable utilizar un enfoque que permita considerar la trayectoria vital de las personas mayores como un proceso continuo, a fin de dar cuenta del carácter dinámico y multidimensional de la vida de quienes integran este grupo y, por ende, de su calidad.