Ciudades intermedias de América Latina y el Caribe: propuestas para la gestión urbana
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Ciudades intermedias de América Latina y el Caribe: propuestas para la gestión urbana
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Prefacio En 1990, Italia se convirtió en uno de los estados miembros de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y coincidentemente con ese evento, se preparó la primera versión del Proyecto 'Gestión Urbana en Ciudades Intermedias de América Latina y el Caribe' (GUCI).Desde 1985, la CEPAL había incorporado el tema de la gestión urbana en su trabajo, a través de las actividades de la Unidad Conjunta CEPAL/HÁBITAT de Asentamientos Humanos, en coordinación con programas similares, como el Programa de Gestión Urbana del PNUD, junto al Banco Mundial y al UNCHS/HÁBITAT. El Gobierno italiano seleccionó y financió el Proyecto GUCI durante el período 1994- 1997, en cuanto experimentó un nuevo enfoque metodológico en la búsqueda de soluciones a los problemas de las ciudades de tamaño intermedio. El Proyecto consideró el examen, la formulación y la aplicación concreta de sistemas e instrumentos de gestión urbana en seis ciudades de América Latina y el Caribe. Todas ellas atravesaban un rápido proceso de urbanización y de descentralización administrativa, el cual delegaba nuevas funciones a las autoridades locales que, frecuentemente, carecían de una adecuada preparación profesional y de base de recursos. El buen éxito del Proyecto GUCI en América Latina y el Caribe es consecuencia del uso oportuno y bien orientado de la nueva metodología de análisis y de nuevos instrumentos de intervención, seleccionados después de una cuidadosa evaluación de contextos urbanos diferentes, en los cuales se actuó con la participación de los beneficiarios en la búsqueda de los objetivos a alcanzar. Tal como fue concebido, el Proyecto anticipó lo posteriormente acordado en Estambul durante la Conferencia de HÁBITAT II en 1996. Por esta razón es particularmente significativo para la Cooperación Italiana continuar apoyando otra fase del Proyecto, con el fin de difundir, a otras ciudades latinoamericanas, la metodología ya aplicada y las experiencias desarrolladas en Córdoba (Argentina), Cuzco (Perú), Manizales (Colombia), Ouro Preto (Brasil), Puerto España (Trinidad y Tabago) y Valdivia (Chile). MINISTRO PAOLO BRUNI DIRECTOR GENERAL DE COOPERACIÓN PARA EL DESARROLLO MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES DE ITALIA Prólogo Las ciudades son, a finales de siglo, el 'Hábitat' de gran parte de la población mundial y el lugar donde se asientan y se desarrollan las economías globalizadas. Esto es especialmente cierto en la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe. Las ciudades en la región adquieren un decisivo rol en el marco de un nuevo escenario internacional de apertura e integración. La funcionalidad urbana surge como condición para un buen desempeño de la economía y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. Así, la organización urbana se presenta como parte de cualquier solución económicamente racional a los esfuerzos de una sociedad para enfrentar los problemas tradicionales de producción, distribución y consumo.Conscientes de la creciente complejidad del proceso de urbanización, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió realizar la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos, Hábitat II, bajo el lema 'Cumbre sobre la Ciudad'. Esta tuvo lugar en Estanbul, Turquía, en junio de 1996.La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estuvo a cargo de la Reunión Regional de América Latina y el Caribe preparatoria de Hábitat II, y los países miembros de la Comisión aprobaron un Plan de Acción Regional cuyo objetivo es la construcción de asentamientos humanos que expresen la superación de la pobreza y las carencias y que generen una convivencia social democrática y tolerante. El Plan de Acción Regional destaca asimismo que, las ciudades y sus problemas son manejables mediante un ordenamiento territorial, una coordinación de las inversiones y una gestión social y urbana sostenible, participativa y eficiente, todo lo cual es además un recurso para mejorar la calidad de vida de la población. De acuerdo a los diagnósticos regionales, en este escenario, las ciudades intermedias de los países de la región surgen como lugares privilegiados tanto para el crecimiento económico como para la articulación de políticas de decisiva trascendencia en el ámbito de la producción agropecuaria, industrial y de servicios. En el marco de sus actividades de seguimiento a este tema y como parte de sus tareas de estudio y cooperación para el desarrollo, la CEPAL se planteó el Proyecto 'Gestión Urbana en Ciudades Intermedias Seleccionadas de América Latina y el Caribe', que fue llevado adelante en su División de Medio Ambiente y Desarrollo con el auspicio y apoyo del Gobierno de Italia.El objetivo principal del Proyecto fue facilitar el cambio y la adopción de nuevos roles por parte de los gobiernos locales en las ciudades intermedias, como modo de mejorar y modernizar los procesos de gestión, redefiniendo por esta vía las responsabilidades y las atribuciones del municipio, desde una perspectiva de carácter administrativo, hacia una más propositiva en cuanto al desarrollo económico local. Las conclusiones y los resultados del proyecto definen un conjunto de sistemas y modelos en diversas áreas del quehacer municipal, que sirven para implantar nuevas formas y procedimientos de acción en las áreas de la planificación, la gestión de recursos, el manejo de información, las acciones públicos y privadas en el desarrollo urbano, todas ellas claves para la existencia de nuevas formas de gobiernos urbanos, mejores ciudades y mejores ciudadanos. Este conjunto de propuestas se enmarca en el hecho que la iniciativa de cambio corresponde en buena parte a la acción del sector público, en el contexto de una economía mixta. La gestión de gobierno tiene consecuencias directas e indirectas en el sistema urbano. Gastos e inversión, especialmente en infraestructura y equipamiento, influyen directamente en la calidad y conformación del hábitat urbano. La normativa, por su parte, asegura las ventajas de la estructura creada en el tiempo. De esta forma, es posible afirmar que un sistema urbano eficiente estimula el progreso social y económico. Por ello, se hace necesario perfeccionar las políticas, programas, procedimientos e instrumentos de gestión del desarrollo urbano. Los resultados del proyecto que se presentan son un paso seguro y exitoso en esa dirección, y sin duda estimularán nuevos esfuerzos en tal sentido. JOSÉ ANTONIO OCAMPO SECRETARIO EJECUTIVO DE CEPAl