Indicadores de políticas públicas en materia de eficiencia energética en América latina y el Caribe

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Indicadores de políticas públicas en materia de eficiencia energética en América latina y el Caribe

Resumen

Acciones y medidas hacia el incremento de la eficiencia energética y la reducción de las pérdidas energéticas en las etapas finales de distribución y uso final de los diferentes energéticos son crecientemente adoptadas en muchos países, generalmente como una política gubernamental en búsqueda de una consideración integrada de las perspectivas de racionalización en la oferta y demanda de energía, atendiendo principalmente a objetivos económicos, de seguridad energética y calidad ambiental. Asimismo, en la América Latina y el Caribe casi todos los países han buscado, en distintos niveles de prioridad y alcance, promover la eficiencia energética, en algunos casos con resultados notables. Sin embargo, es reconocido que, de un modo general, la Región podría avanzar de forma más decidida y efectiva en los programas de reducción de pérdidas energéticas. Un punto relevante en la promoción de medidas de fomento a la eficiencia energética es la articulación de esas medidas y la adecuada consideración de los contextos de consumo de energía, que presupone levantamientos de los usos, tecnologías y hábitos energéticos, y un planeamiento consistente, previamente a los programas, asi como la existencia de procedimientos de evaluación y monitoreo de resultados de las acciones y medidas involucradas en los programas, con el uso de indicadores y el establecimiento de metas. De una manera particular para el contexto regional, se detectó que la carencia de metodologías especificas para seguimiento y monitoreo de los programas de eficiencia energética es un obstáculo que debe ser superado para reforzar esos programas. Este aspecto es relativamente nuevo en el escenario de los programas de eficiencia energética, pero se ha avanzado bastante y en muchos países ya se dispone de evaluaciones bien definidas y sistemáticas de los resultados de las actividades desarrolladas. En ese sentido, sistematizar la evaluación permitiría, como principales logros: Estimar de forma más consistente y posiblemente comparable los impactos energéticos, económicos y ambientales de los programas y actividades implementadas, para los interesados internos (entes gubernamentales, empresas energéticas, agentes del mercado energético, etc.) y externos (sociedad, usuarios y tomadores de decisión) a la ejecución de esos programas.Orientar la planificación de los programas y actividades de fomento a la eficiencia energética, permitiendo comparar efectividades, duración de los resultados, etc., bien como tornar posible la fijación de metas y objetivos de ahorro energético, de carácter general y/o sectorial. Encarando esa problemática y con el propósito de ofrecer herramientas para que los países implementen sus sistemas de evaluación de los programas de eficiencia energética, al mismo tiempo que se reconoce la marcada heterogeneidad en los sistemas energéticos y la conocidas limitaciones en cuanto a la disponibilidad de datos e informaciones de base, a partir de los fundamentos de la eficiencia energética, se presenta y discute procedimientos y indicadores con distintos niveles de agregación y detalle. En un primer nivel, se proponen los indicadores agregados de eficiencia energética o intensidades energéticas, más generales y no necesariamente indicadores de racionalidad en el uso de energía, y, de forma más relacionada con los programas de eficiencia energética que interesa evaluar, se proponen a los indicadores de la eficacia de las políticas y los programas de fomento de la eficiencia energética, que a su vez involucran indicadores de desarrollo de actividades de promoción de la eficiencia energética, de carácter cualitativo e indicativo, y indicadores de resultados de las actividades en eficiencia energética, de cuño cuantitativo. Se propone una lista con 16 indicadores de intensidad energética que podrían servir para monitorear las características del uso final de energía en la región latinoamericana y caribeña, en particular auxiliando en la evaluación de la productividad de la energía en los sectores productivos. Se presenta un relevamiento preliminar de valores para esos indicadores en el ámbito de los países de la Región, confirmando la diversidad de contextos y la potencialidad en la promoción de la eficiencia energética.Para los indicadores más específicos de las políticas y programas, son propuestas tres categorías de indicadores, para evaluar el desarrollo de esos programas, informar sobre la calidad de su gestión y, en los casos en que sea posible, estimar los resultados energéticos de esos mismos programas. Es presentado un relevamiento preliminar de los indicadores de desarrollo de los programas de eficiencia energética para algunos países latinoamericanos. Para los indicadores de resultados se proponen y ejemplifican metodologías para estimar los impactos energéticos de programas de difusión de lámparas y refrigeradores eficientes, medidas que se han promovido ampliamente en muchos países de la Región.Finalmente, algunos temas metodológicos son discutidos, relacionados con la consistencia y efectividad de los procedimientos, las causas de desvíos y la comparabilidad de los indicadores, la fijación de metas, el impacto del ahorro de energía sobre la capacidad instalada de los sistemas energéticos y los requerimientos de información para atender la estimación de la eficiencia energética y la evaluación de los programas dedicados a su incremento.Las condiciones de América Latina y del Caribe, particularmente sus perspectivas de crecimiento y desarrollo, imponen una atención cada vez más grande a la reducción de las pérdidas de energía y mejora de eficiencia energética, en todos los sectores socioeconómicos y para todos los vectores energéticos, con beneficios significativos. En este contexto, promover y acompañar programas gubernamentales, evaluando acciones y estimando sus resultados de forma consistente es absolutamente fundamental.


Resumen
Acciones y medidas hacia el incremento de la eficiencia energética y la reducción de las pérdidas energéticas en las etapas finales de distribución y uso final de los diferentes energéticos son crecientemente adoptadas en muchos países, generalmente como una política gubernamental en búsqueda de una consideración integrada de las perspectivas de racionalización en la oferta y demanda de energía, atendiendo principalmente a objetivos económicos, de seguridad energética y calidad ambiental. Asimismo, en la América Latina y el Caribe casi todos los países han buscado, en distintos niveles de prioridad y alcance, promover la eficiencia energética, en algunos casos con resultados notables. Sin embargo, es reconocido que, de un modo general, la Región podría avanzar de forma más decidida y efectiva en los programas de reducción de pérdidas energéticas. Un punto relevante en la promoción de medidas de fomento a la eficiencia energética es la articulación de esas medidas y la adecuada consideración de los contextos de consumo de energía, que presupone levantamientos de los usos, tecnologías y hábitos energéticos, y un planeamiento consistente, previamente a los programas, asi como la existencia de procedimientos de evaluación y monitoreo de resultados de las acciones y medidas involucradas en los programas, con el uso de indicadores y el establecimiento de metas. De una manera particular para el contexto regional, se detectó que la carencia de metodologías especificas para seguimiento y monitoreo de los programas de eficiencia energética es un obstáculo que debe ser superado para reforzar esos programas. Este aspecto es relativamente nuevo en el escenario de los programas de eficiencia energética, pero se ha avanzado bastante y en muchos países ya se dispone de evaluaciones bien definidas y sistemáticas de los resultados de las actividades desarrolladas. En ese sentido, sistematizar la evaluación permitiría, como principales logros: Estimar de forma más consistente y posiblemente comparable los impactos energéticos, económicos y ambientales de los programas y actividades implementadas, para los interesados internos (entes gubernamentales, empresas energéticas, agentes del mercado energético, etc.) y externos (sociedad, usuarios y tomadores de decisión) a la ejecución de esos programas.Orientar la planificación de los programas y actividades de fomento a la eficiencia energética, permitiendo comparar efectividades, duración de los resultados, etc., bien como tornar posible la fijación de metas y objetivos de ahorro energético, de carácter general y/o sectorial. Encarando esa problemática y con el propósito de ofrecer herramientas para que los países implementen sus sistemas de evaluación de los programas de eficiencia energética, al mismo tiempo que se reconoce la marcada heterogeneidad en los sistemas energéticos y la conocidas limitaciones en cuanto a la disponibilidad de datos e informaciones de base, a partir de los fundamentos de la eficiencia energética, se presenta y discute procedimientos y indicadores con distintos niveles de agregación y detalle. En un primer nivel, se proponen los indicadores agregados de eficiencia energética o intensidades energéticas, más generales y no necesariamente indicadores de racionalidad en el uso de energía, y, de forma más relacionada con los programas de eficiencia energética que interesa evaluar, se proponen a los indicadores de la eficacia de las políticas y los programas de fomento de la eficiencia energética, que a su vez involucran indicadores de desarrollo de actividades de promoción de la eficiencia energética, de carácter cualitativo e indicativo, y indicadores de resultados de las actividades en eficiencia energética, de cuño cuantitativo. Se propone una lista con 16 indicadores de intensidad energética que podrían servir para monitorear las características del uso final de energía en la región latinoamericana y caribeña, en particular auxiliando en la evaluación de la productividad de la energía en los sectores productivos. Se presenta un relevamiento preliminar de valores para esos indicadores en el ámbito de los países de la Región, confirmando la diversidad de contextos y la potencialidad en la promoción de la eficiencia energética.Para los indicadores más específicos de las políticas y programas, son propuestas tres categorías de indicadores, para evaluar el desarrollo de esos programas, informar sobre la calidad de su gestión y, en los casos en que sea posible, estimar los resultados energéticos de esos mismos programas. Es presentado un relevamiento preliminar de los indicadores de desarrollo de los programas de eficiencia energética para algunos países latinoamericanos. Para los indicadores de resultados se proponen y ejemplifican metodologías para estimar los impactos energéticos de programas de difusión de lámparas y refrigeradores eficientes, medidas que se han promovido ampliamente en muchos países de la Región.Finalmente, algunos temas metodológicos son discutidos, relacionados con la consistencia y efectividad de los procedimientos, las causas de desvíos y la comparabilidad de los indicadores, la fijación de metas, el impacto del ahorro de energía sobre la capacidad instalada de los sistemas energéticos y los requerimientos de información para atender la estimación de la eficiencia energética y la evaluación de los programas dedicados a su incremento.Las condiciones de América Latina y del Caribe, particularmente sus perspectivas de crecimiento y desarrollo, imponen una atención cada vez más grande a la reducción de las pérdidas de energía y mejora de eficiencia energética, en todos los sectores socioeconómicos y para todos los vectores energéticos, con beneficios significativos. En este contexto, promover y acompañar programas gubernamentales, evaluando acciones y estimando sus resultados de forma consistente es absolutamente fundamental.
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