Efectos sociales de la globalización sobre la economía campesina: reflexiones a partir de experiencias en México, Honduras y Nicaragua

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Efectos sociales de la globalización sobre la economía campesina: reflexiones a partir de experiencias en México, Honduras y Nicaragua

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Resumen Este informe analiza los efectos sociales que el proceso de globalización (1) tiene sobre los campesinos de Honduras, México y Nicaragua, y propone algunas medidas que les faciliten una integración más favorable en las economías nacionales. Por globalización se entiende el proceso de apertura comercial e integración en la economía mundial, así como las reformas económicas destinadas a fomentar esta transición. La apertura comercial y el ajuste estructural han creado un marco macroeconómico desfavorable para la producción agropecuaria. La importación de alimentos y materias primas baratos ha reducido la rentabilidad y ha agudizado la competencia en los mercados domésticos de granos, oleaginosas, lácteos y carnes. Al mismo tiempo, los apoyos y subsidios gubernamentales a la producción han descendido en términos generales, reforzando el descenso de la rentabilidad del sector. La mayor parte de los productores ha resultado afectada, aunque existen ganadores y perdedores en este proceso en curso. La retirada de los Estados de algunas de las funciones que antes desempeñaban, y la reestructuración y desaparición de empresas estatales, han creado importantes vacíos institucionales que no ha llenado el sector privado, situación que ha debilitado los mercados de crédito, seguros y servicios agropecuarios. Los pequeños productores rurales resultan particularmente afectados por este proceso, dada su precariedad económica. Se observa una regresión tecnológica de la agricultura campesina. Diversas tipologías de productores rurales reflejan una gran heterogeneidad; existen diferentes dotaciones de recursos naturales, humanos y financieros, y los niveles de acceso a instituciones y mercados son muy disparejos. Por ello, los impactos de la globalización son también diversos y las medidas diseñadas para fomentar la pequeña agricultura tienen que partir de esta heterogeneidad para que políticas que se ejecuten no sean de alcance generalizado, sino que estén diferenciadas por tipo de productor. La economía campesina en los tres países estudiados es una unidad familiar con múltiples actividades con diversas fuentes de ingreso y combinaciones: producción agrícola, ganadería en pequeña escala, venta de fuerza de trabajo en mercados laborales regionales o en ciudades, pequeño comercio, artesanías, actividades informales y emigración. Los distintos tipos de familias campesinas tienen estrategias de ingreso claramente discernibles. Su rasgo común es el esfuerzo de valorizar sus recursos y activos en los diferentes mercados y actividades a los cuales tienen acceso. Entre estas estrategias figuran la seguridad alimentaria familiar mediante el autoconsumo, la producción de productos básicos intercalados y la ganadería familiar. Esta última sirve de importante fuente de ahorro. La principal forma de enfrentar la crisis rural es su participación cada vez más activa en el mercado laboral mediante actividades no agrícolas de carácter informal. Pese a la política social y a los programas de combate a la pobreza puestos en marcha en los tres países, la pobreza y la pobreza extrema han aumentado durante la última década de reformas económicas, tanto en el campo como en las ciudades. Este hecho está estrechamente asociado con una economía incapaz de generar suficientes empleos y con la caída de los salarios reales. El estudio explora los factores de la pobreza. En suma, se puede afirmar que una familia campesina tiene más probabilidades de ser pobre cuando: a) sus activos territoriales son pocos y sus ingresos dependen sólo de la agricultura; b) el tamaño de la familia es grande y el índice de dependencia económica alto; c) tiene pocos o ningún adulto trabajando en los mercados laborales; d) carece de capital de migración y no participa en los flujos migratorios; e) tiene un bajo nivel de escolaridad; f) no pertenece a organizaciones campesinas y redes locales de solidaridad, y g) forma parte de un grupo étnico. Finalmente, el estudio ofrece un conjunto de recomendaciones para mejorar la situación de las familias campesinas. Entre ellas, sugiere diseñar políticas diferenciadas, de nueva generación, orientadas a reforzar el capital humano, el capital social y las instituciones rurales y, con ello, la capacidad de las familias para aprovechar las oportunidades y enfrentar los retos que acompañan a la globalización. (1) En el documento se utilizan indistintamente los términos 'Globalización' y 'mundialización', que responden a una misma definición. Dado que hasta la fecha no existe un consenso acerca del uso de estas palabras, se ha preferido respetar la preferencia del autor a la hora de usar uno u otro término (nota del editor).


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Resumen Este informe analiza los efectos sociales que el proceso de globalización (1) tiene sobre los campesinos de Honduras, México y Nicaragua, y propone algunas medidas que les faciliten una integración más favorable en las economías nacionales. Por globalización se entiende el proceso de apertura comercial e integración en la economía mundial, así como las reformas económicas destinadas a fomentar esta transición. La apertura comercial y el ajuste estructural han creado un marco macroeconómico desfavorable para la producción agropecuaria. La importación de alimentos y materias primas baratos ha reducido la rentabilidad y ha agudizado la competencia en los mercados domésticos de granos, oleaginosas, lácteos y carnes. Al mismo tiempo, los apoyos y subsidios gubernamentales a la producción han descendido en términos generales, reforzando el descenso de la rentabilidad del sector. La mayor parte de los productores ha resultado afectada, aunque existen ganadores y perdedores en este proceso en curso. La retirada de los Estados de algunas de las funciones que antes desempeñaban, y la reestructuración y desaparición de empresas estatales, han creado importantes vacíos institucionales que no ha llenado el sector privado, situación que ha debilitado los mercados de crédito, seguros y servicios agropecuarios. Los pequeños productores rurales resultan particularmente afectados por este proceso, dada su precariedad económica. Se observa una regresión tecnológica de la agricultura campesina. Diversas tipologías de productores rurales reflejan una gran heterogeneidad; existen diferentes dotaciones de recursos naturales, humanos y financieros, y los niveles de acceso a instituciones y mercados son muy disparejos. Por ello, los impactos de la globalización son también diversos y las medidas diseñadas para fomentar la pequeña agricultura tienen que partir de esta heterogeneidad para que políticas que se ejecuten no sean de alcance generalizado, sino que estén diferenciadas por tipo de productor. La economía campesina en los tres países estudiados es una unidad familiar con múltiples actividades con diversas fuentes de ingreso y combinaciones: producción agrícola, ganadería en pequeña escala, venta de fuerza de trabajo en mercados laborales regionales o en ciudades, pequeño comercio, artesanías, actividades informales y emigración. Los distintos tipos de familias campesinas tienen estrategias de ingreso claramente discernibles. Su rasgo común es el esfuerzo de valorizar sus recursos y activos en los diferentes mercados y actividades a los cuales tienen acceso. Entre estas estrategias figuran la seguridad alimentaria familiar mediante el autoconsumo, la producción de productos básicos intercalados y la ganadería familiar. Esta última sirve de importante fuente de ahorro. La principal forma de enfrentar la crisis rural es su participación cada vez más activa en el mercado laboral mediante actividades no agrícolas de carácter informal. Pese a la política social y a los programas de combate a la pobreza puestos en marcha en los tres países, la pobreza y la pobreza extrema han aumentado durante la última década de reformas económicas, tanto en el campo como en las ciudades. Este hecho está estrechamente asociado con una economía incapaz de generar suficientes empleos y con la caída de los salarios reales. El estudio explora los factores de la pobreza. En suma, se puede afirmar que una familia campesina tiene más probabilidades de ser pobre cuando: a) sus activos territoriales son pocos y sus ingresos dependen sólo de la agricultura; b) el tamaño de la familia es grande y el índice de dependencia económica alto; c) tiene pocos o ningún adulto trabajando en los mercados laborales; d) carece de capital de migración y no participa en los flujos migratorios; e) tiene un bajo nivel de escolaridad; f) no pertenece a organizaciones campesinas y redes locales de solidaridad, y g) forma parte de un grupo étnico. Finalmente, el estudio ofrece un conjunto de recomendaciones para mejorar la situación de las familias campesinas. Entre ellas, sugiere diseñar políticas diferenciadas, de nueva generación, orientadas a reforzar el capital humano, el capital social y las instituciones rurales y, con ello, la capacidad de las familias para aprovechar las oportunidades y enfrentar los retos que acompañan a la globalización. (1) En el documento se utilizan indistintamente los términos 'Globalización' y 'mundialización', que responden a una misma definición. Dado que hasta la fecha no existe un consenso acerca del uso de estas palabras, se ha preferido respetar la preferencia del autor a la hora de usar uno u otro término (nota del editor).
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