Centroamérica: avances en el cumplimiento de la Plataforma y el Programa de Acción Regional para las Mujeres de América Latina y el Caribe, 1995-1999

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Centroamérica: avances en el cumplimiento de la Plataforma y el Programa de Acción Regional para las Mujeres de América Latina y el Caribe, 1995-1999

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Resumen Lograr la equidad de género en la planificación del desarrollo a partir de la acción gubernamental es uno de los grandes retos que plantean la Plataforma de Acción Mundial de Beijing y el Programa de Acción Regional para América Latina y el Caribe, 1995-2001. Es por ello que alcanzar la equidad de género es una meta y una responsabilidad que los Estados han asumido al reconocer que se requiere un enfoque transversal que se refleje en las políticas públicas, tanto las que corresponden al sector social, como en cualquier otro sector de la economía. Los gobiernos del Istmo Centroamericano han asumido el compromiso y concentrado sus esfuerzos en dos aspectos: el fortalecimiento de los mecanismos nacionales para el adelanto de la mujer y la equidad de género, y la formulación y puesta en marcha de planes nacionales y políticas públicas para promover dicha equidad en el marco de un enfoque integral. Como una aportación al análisis de los mecanismos para el adelanto de las mujeres, este documento evalúa las políticas, programas y acciones que los gobiernos han emprendido en los últimos cinco años para promover la equidad de género. Analiza la situación en los países del Istmo Centroamericano (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) para evaluar el avance de la institucionalización de las políticas públicas para la equidad de género en el período posterior a la adopción de la Plataforma de Acción, y recoge los comentarios realizados por los gobiernos participantes en la reunión preparatoria de países centroamericanos que se realizó en San Salvador, El Salvador en octubre de 1999, en preparación a la Octava Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe. Además, responde también a la iniciativa de la Sede Subregional de la CEPAL en México de reconocer que las diferencias de género son una fuente primordial de inequidad y que es necesario reorientar las políticas públicas, considerando la equidad social como centro de las preocupaciones, como vía para lograr un equilibrio entre la política económica y social a fin de disminuir la pobreza, la concentración de la riqueza y el debilitamiento de la participación ciudadana. La información recopilada en este documento presenta un esquema de la situación de las acciones gubernamentales en la subregión para formular políticas públicas desde la perspectiva de género, crear y fortalecer mecanismos gubernamentales de la mujer y favorecer la acción de otros actores comprometidos en el proceso. El análisis de los cambios ocurridos a nivel macroeconómico es base fundamental para evaluar los nuevos procesos en gestación que contemplan la reforma del Estado, la reestructuración productiva y la feminización de los mercados laborales, considerando el ambiente de precarización del empleo femenino, que trae consigo nuevas y encubiertas inequidades de género. Los mecanismos nacionales para el adelanto de la mujer y la equidad de género que, a partir de 1996, han recibido un fuerte impulso en la mayoría de los países, han mejorado su situación dentro el aparato estatal y obtienen mayores recursos, lo cual fortalece su capacidad de operación y coordinación. En la mayoría de los casos se han convertido en entidades con capacidad gestora y coordinadora de las políticas y planes nacionales para promover la equidad de género. El recuento de planes nacionales y políticas públicas que se han formulado y puesto en marcha para promover la equidad de género es indicativo del cambio consecuente en los marcos legislativos de los países y en los programas de educación y de salud, lo cual garantiza que la acción pública en torno a la equidad de género ha adquirido un carácter estratégico, integral y concertado. Es necesario reconocer, sin embargo, que esto todavía tiene que reflejarse en la realidad y en la práctica de la vida ciudadana. A la mayor conciencia compartida de adoptar una perspectiva de desarrollo integral, basado en la equidad, debe corresponder un respaldo en este mismo sentido de parte de las fuentes internacionales de financiamiento con el fin de garantizar la sostenibilidad de las políticas nacionales. Los sistemas de información desagregados por sexo y el diseño de indicadores de género, tareas expresas en los compromisos gubernamentales, se han reconocido como elementos esenciales para establecer sistemas de evaluación, ya que permiten que los mecanismos gubernamentales para el adelanto de la mujer asuman cada vez más la diversidad y heterogeneidad que hay entre las mujeres y, por lo tanto, ejecuten acciones específicas para las mujeres rurales, indígenas, afroamericanas y las desarraigadas. En el proceso que desarrollan los países se reconoce la relevancia de la Conferencia Regional como mecanismo permanente que trabaja para los gobiernos propiciando la cooperación técnica y el intercambio de experiencias y proporcionando, a través de la CEPAL, el foro para el diálogo entre los mecanismos gubernamentales de la mujer. La actualización, la coordinación y el conocimiento de las experiencias de otros países permite lograr una mayor integración regional dentro de la heterogeneidad y da pie a acciones estratégicas que redundan a favor del desarrollo.


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Resumen Lograr la equidad de género en la planificación del desarrollo a partir de la acción gubernamental es uno de los grandes retos que plantean la Plataforma de Acción Mundial de Beijing y el Programa de Acción Regional para América Latina y el Caribe, 1995-2001. Es por ello que alcanzar la equidad de género es una meta y una responsabilidad que los Estados han asumido al reconocer que se requiere un enfoque transversal que se refleje en las políticas públicas, tanto las que corresponden al sector social, como en cualquier otro sector de la economía. Los gobiernos del Istmo Centroamericano han asumido el compromiso y concentrado sus esfuerzos en dos aspectos: el fortalecimiento de los mecanismos nacionales para el adelanto de la mujer y la equidad de género, y la formulación y puesta en marcha de planes nacionales y políticas públicas para promover dicha equidad en el marco de un enfoque integral. Como una aportación al análisis de los mecanismos para el adelanto de las mujeres, este documento evalúa las políticas, programas y acciones que los gobiernos han emprendido en los últimos cinco años para promover la equidad de género. Analiza la situación en los países del Istmo Centroamericano (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) para evaluar el avance de la institucionalización de las políticas públicas para la equidad de género en el período posterior a la adopción de la Plataforma de Acción, y recoge los comentarios realizados por los gobiernos participantes en la reunión preparatoria de países centroamericanos que se realizó en San Salvador, El Salvador en octubre de 1999, en preparación a la Octava Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe. Además, responde también a la iniciativa de la Sede Subregional de la CEPAL en México de reconocer que las diferencias de género son una fuente primordial de inequidad y que es necesario reorientar las políticas públicas, considerando la equidad social como centro de las preocupaciones, como vía para lograr un equilibrio entre la política económica y social a fin de disminuir la pobreza, la concentración de la riqueza y el debilitamiento de la participación ciudadana. La información recopilada en este documento presenta un esquema de la situación de las acciones gubernamentales en la subregión para formular políticas públicas desde la perspectiva de género, crear y fortalecer mecanismos gubernamentales de la mujer y favorecer la acción de otros actores comprometidos en el proceso. El análisis de los cambios ocurridos a nivel macroeconómico es base fundamental para evaluar los nuevos procesos en gestación que contemplan la reforma del Estado, la reestructuración productiva y la feminización de los mercados laborales, considerando el ambiente de precarización del empleo femenino, que trae consigo nuevas y encubiertas inequidades de género. Los mecanismos nacionales para el adelanto de la mujer y la equidad de género que, a partir de 1996, han recibido un fuerte impulso en la mayoría de los países, han mejorado su situación dentro el aparato estatal y obtienen mayores recursos, lo cual fortalece su capacidad de operación y coordinación. En la mayoría de los casos se han convertido en entidades con capacidad gestora y coordinadora de las políticas y planes nacionales para promover la equidad de género. El recuento de planes nacionales y políticas públicas que se han formulado y puesto en marcha para promover la equidad de género es indicativo del cambio consecuente en los marcos legislativos de los países y en los programas de educación y de salud, lo cual garantiza que la acción pública en torno a la equidad de género ha adquirido un carácter estratégico, integral y concertado. Es necesario reconocer, sin embargo, que esto todavía tiene que reflejarse en la realidad y en la práctica de la vida ciudadana. A la mayor conciencia compartida de adoptar una perspectiva de desarrollo integral, basado en la equidad, debe corresponder un respaldo en este mismo sentido de parte de las fuentes internacionales de financiamiento con el fin de garantizar la sostenibilidad de las políticas nacionales. Los sistemas de información desagregados por sexo y el diseño de indicadores de género, tareas expresas en los compromisos gubernamentales, se han reconocido como elementos esenciales para establecer sistemas de evaluación, ya que permiten que los mecanismos gubernamentales para el adelanto de la mujer asuman cada vez más la diversidad y heterogeneidad que hay entre las mujeres y, por lo tanto, ejecuten acciones específicas para las mujeres rurales, indígenas, afroamericanas y las desarraigadas. En el proceso que desarrollan los países se reconoce la relevancia de la Conferencia Regional como mecanismo permanente que trabaja para los gobiernos propiciando la cooperación técnica y el intercambio de experiencias y proporcionando, a través de la CEPAL, el foro para el diálogo entre los mecanismos gubernamentales de la mujer. La actualización, la coordinación y el conocimiento de las experiencias de otros países permite lograr una mayor integración regional dentro de la heterogeneidad y da pie a acciones estratégicas que redundan a favor del desarrollo.
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