Globalización y desarrollo: una reflexión desde América Latina y el Caribe

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Globalización y desarrollo: una reflexión desde América Latina y el Caribe

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Se ha dicho que el pensamiento latinoamericano es la historia de los intentos por armonizar modernización e identidad. Desde su origen la CEPAL ha buscado participar en esta empresa al plantear, simultáneamente con la especificidad de las situaciones regionales, la necesidad de una transformación productiva con equidad social y, más recientemente, con sostenibilidad ambiental. La globalización es el contexto en que hoy se plantea esta tarea y el presente libro se inscribe en dicha trayectoria. Se trata, pues, de un análisis crítico de las posibilidades que ofrece la globalización al mundo en desarrollo, pero también de las asimetrías y riesgos que la caracterizan y que pueden obstaculizar los procesos de desarrollo en ausencia de un marco institucional apropiado de carácter nacional, regional y global. Aunque las consideraciones conceptuales que aquí se hacen toman como punto de partida una región particular del mundo en desarrollo cual es América Latina y el Caribe, la reflexión tiene aspiraciones analíticas más amplias y, por ello, creemos que puede ser de utilidad para otras regiones. La globalización económica tiene raíces históricas profundas. Su fase actual presenta características comunes con etapas previas, pero también elementos diferentes: el acceso masivo a la información en tiempo real; la planeación global de la producción de las empresas transnacionales; la extensión del libre comercio, aún limitado por múltiples formas de proteccionismo en el mundo industrializado; la contradictoria combinación de una elevada movilidad de los capitales y fuertes restricciones a la migración laboral; la evidencia de una creciente vulnerabilidad e interdependencia ambientales, y una inédita tendencia a la homogeneización institucional. Sin embargo, esta homogeneización de las reglas es sesgada, debido a que únicamente los actores internacionales más poderosos han logrado imponer sus intereses. De este proceso resulta, por ende, una agenda internacional incompleta. Ambos rasgos del ordenamiento actual, sesgado e incompleto, tienen profundas implicaciones analíticas y de política pública. Por otra parte, en la visión de la globalización que exponemos en este libro se hace hincapié en su carácter multidimensional y, por lo tanto, en el hecho de que no obedece sólo a determinaciones económicas. Una de sus dimensiones, que la CEPAL ha denominado globalización de los valores", es la extensión gradual de principios éticos comunes, entre los que se destacan las declaraciones de derechos humanos y los principios consagrados en las cumbres de las Naciones Unidas. Estos procesos se arraigan, por lo demás, en una larga trayectoria de luchas de la sociedad civil internacional por los derechos humanos, la equidad social, la igualdad de género, la protección del medio ambiente y, más recientemente, la globalización de la solidaridad y el derecho a ser diferente. Frente a la fuerza de estos procesos, la ausencia de una verdadera internacionalización de la política es, sin duda, la principal paradoja que caracteriza al actual proceso de globalización. El contraste entre problemas mundiales y procesos políticos nacionales se ha venido traduciendo en un déficit de gobernabilidad global, acentuando las tensiones entre las oportunidades y riesgos que conlleva la globalización. El hecho de que el espacio político continúe siendo esencialmente nacional tiene, por otra parte, implicaciones profundas para el ordenamiento internacional. En particular, implica que el fomento de la democracia como valor universal sólo adquiere sentido si se permite que los procesos nacionales de representación y participación determinen las estrategias de desarrollo económico y social, y ejerzan una mediación eficaz entre los sectores diferencialmente afectados por el proceso de globalización. Diversos aspectos de la globalización ofrecen significativas oportunidades a los países en desarrollo: de acceder a mercados más amplios, de disponer de capitales y tecnologías procedentes del resto del mundo, pero también de defender los derechos humanos y otros valores universales. Frente a estas oportunidades, el mayor riesgo es quizás la marginación del proceso. Empero, al mismo tiempo, la globalización implica riesgos originados en nuevas fuentes de inestabilidad (tanto comercial como, especialmente, financiera), riesgos de exclusión para aquellos países que no están bien preparados para las fuertes demandas de competitividad propias del mundo contemporáneo, y riesgos de acentuación de la heterogeneidad estructural entre sectores sociales y regiones dentro de los países que se integran, de manera segmentada, a la economía mundial. El aprovechamiento de las oportunidades y la atenuación de los riesgos dependen de las estrategias nacionales y regionales de inserción en este proceso, y de la naturaleza de las instituciones globales en las que dichas estrategias se enmarcan. Esto implica que, frente a la compleja realidad que plantea la globalización, la respuesta más razonable es una agenda positiva. La historia demuestra, por lo demás, que la sola resistencia a procesos tan profundos a la larga siempre es estéril. Pero también implica que la globalización no puede verse como un fenómeno natural inmodificable, respecto del cual sólo cabe lamentarse o suscribir un contrato de adhesión. La existencia de distintas alternativas de ordenamiento global está corroborada por la propia historia del proceso de globalización, así como por la variedad de modalidades de desarrollo e integración a la economía global que han seguido diferentes países industrializados o en desarrollo. El libro está organizado en cinco capítulos. En el primero se destaca el carácter multidimensional de la globalización, se inscribe la fase actual dentro del proceso histórico de internacionalización de la economía mundial y se examinan de manera sucinta sus dimensiones sociales, políticas y culturales. En los dos capítulos siguientes se pasa revista a la evolución de las facetas económicas del proceso de globalización. Así, en el Capítulo 2 se abordan las tendencias del comercio internacional y de la nueva estructura productiva mundial. El Capítulo 3 está dedicado al análisis de la movilidad internacional del capital ?en el marco de los variantes regímenes macroeconómicos que caracterizan a la economía mundial? y de la mano de obra. La evolución de las desigualdades de ingreso y asimetrías fundamentales que son consustanciales del actual ordenamiento global se examinan en el Capítulo 4. En el último capítulo (Capítulo 5) se presenta una propuesta de agenda para la era global. Así, a partir de ciertos principios básicos, como son unas instituciones globales respetuosas de la diversidad, la complementariedad entre instituciones globales, regionales y nacionales, y la participación equitativa de los países con reglas adecuadas de gobernabilidad, se detallan las medidas necesarias en los planos nacional, regional y global para alcanzar los tres objetivos prioritarios del nuevo ordenamiento internacional: la provisión de bienes públicos globales, la corrección progresiva de las asimetrías mundiales y la construcción gradual de una agenda social internacional basada en los derechos."

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Resumen
Se ha dicho que el pensamiento latinoamericano es la historia de los intentos por armonizar modernización e identidad. Desde su origen la CEPAL ha buscado participar en esta empresa al plantear, simultáneamente con la especificidad de las situaciones regionales, la necesidad de una transformación productiva con equidad social y, más recientemente, con sostenibilidad ambiental. La globalización es el contexto en que hoy se plantea esta tarea y el presente libro se inscribe en dicha trayectoria. Se trata, pues, de un análisis crítico de las posibilidades que ofrece la globalización al mundo en desarrollo, pero también de las asimetrías y riesgos que la caracterizan y que pueden obstaculizar los procesos de desarrollo en ausencia de un marco institucional apropiado de carácter nacional, regional y global. Aunque las consideraciones conceptuales que aquí se hacen toman como punto de partida una región particular del mundo en desarrollo cual es América Latina y el Caribe, la reflexión tiene aspiraciones analíticas más amplias y, por ello, creemos que puede ser de utilidad para otras regiones. La globalización económica tiene raíces históricas profundas. Su fase actual presenta características comunes con etapas previas, pero también elementos diferentes: el acceso masivo a la información en tiempo real; la planeación global de la producción de las empresas transnacionales; la extensión del libre comercio, aún limitado por múltiples formas de proteccionismo en el mundo industrializado; la contradictoria combinación de una elevada movilidad de los capitales y fuertes restricciones a la migración laboral; la evidencia de una creciente vulnerabilidad e interdependencia ambientales, y una inédita tendencia a la homogeneización institucional. Sin embargo, esta homogeneización de las reglas es sesgada, debido a que únicamente los actores internacionales más poderosos han logrado imponer sus intereses. De este proceso resulta, por ende, una agenda internacional incompleta. Ambos rasgos del ordenamiento actual, sesgado e incompleto, tienen profundas implicaciones analíticas y de política pública. Por otra parte, en la visión de la globalización que exponemos en este libro se hace hincapié en su carácter multidimensional y, por lo tanto, en el hecho de que no obedece sólo a determinaciones económicas. Una de sus dimensiones, que la CEPAL ha denominado globalización de los valores", es la extensión gradual de principios éticos comunes, entre los que se destacan las declaraciones de derechos humanos y los principios consagrados en las cumbres de las Naciones Unidas. Estos procesos se arraigan, por lo demás, en una larga trayectoria de luchas de la sociedad civil internacional por los derechos humanos, la equidad social, la igualdad de género, la protección del medio ambiente y, más recientemente, la globalización de la solidaridad y el derecho a ser diferente. Frente a la fuerza de estos procesos, la ausencia de una verdadera internacionalización de la política es, sin duda, la principal paradoja que caracteriza al actual proceso de globalización. El contraste entre problemas mundiales y procesos políticos nacionales se ha venido traduciendo en un déficit de gobernabilidad global, acentuando las tensiones entre las oportunidades y riesgos que conlleva la globalización. El hecho de que el espacio político continúe siendo esencialmente nacional tiene, por otra parte, implicaciones profundas para el ordenamiento internacional. En particular, implica que el fomento de la democracia como valor universal sólo adquiere sentido si se permite que los procesos nacionales de representación y participación determinen las estrategias de desarrollo económico y social, y ejerzan una mediación eficaz entre los sectores diferencialmente afectados por el proceso de globalización. Diversos aspectos de la globalización ofrecen significativas oportunidades a los países en desarrollo: de acceder a mercados más amplios, de disponer de capitales y tecnologías procedentes del resto del mundo, pero también de defender los derechos humanos y otros valores universales. Frente a estas oportunidades, el mayor riesgo es quizás la marginación del proceso. Empero, al mismo tiempo, la globalización implica riesgos originados en nuevas fuentes de inestabilidad (tanto comercial como, especialmente, financiera), riesgos de exclusión para aquellos países que no están bien preparados para las fuertes demandas de competitividad propias del mundo contemporáneo, y riesgos de acentuación de la heterogeneidad estructural entre sectores sociales y regiones dentro de los países que se integran, de manera segmentada, a la economía mundial. El aprovechamiento de las oportunidades y la atenuación de los riesgos dependen de las estrategias nacionales y regionales de inserción en este proceso, y de la naturaleza de las instituciones globales en las que dichas estrategias se enmarcan. Esto implica que, frente a la compleja realidad que plantea la globalización, la respuesta más razonable es una agenda positiva. La historia demuestra, por lo demás, que la sola resistencia a procesos tan profundos a la larga siempre es estéril. Pero también implica que la globalización no puede verse como un fenómeno natural inmodificable, respecto del cual sólo cabe lamentarse o suscribir un contrato de adhesión. La existencia de distintas alternativas de ordenamiento global está corroborada por la propia historia del proceso de globalización, así como por la variedad de modalidades de desarrollo e integración a la economía global que han seguido diferentes países industrializados o en desarrollo. El libro está organizado en cinco capítulos. En el primero se destaca el carácter multidimensional de la globalización, se inscribe la fase actual dentro del proceso histórico de internacionalización de la economía mundial y se examinan de manera sucinta sus dimensiones sociales, políticas y culturales. En los dos capítulos siguientes se pasa revista a la evolución de las facetas económicas del proceso de globalización. Así, en el Capítulo 2 se abordan las tendencias del comercio internacional y de la nueva estructura productiva mundial. El Capítulo 3 está dedicado al análisis de la movilidad internacional del capital ?en el marco de los variantes regímenes macroeconómicos que caracterizan a la economía mundial? y de la mano de obra. La evolución de las desigualdades de ingreso y asimetrías fundamentales que son consustanciales del actual ordenamiento global se examinan en el Capítulo 4. En el último capítulo (Capítulo 5) se presenta una propuesta de agenda para la era global. Así, a partir de ciertos principios básicos, como son unas instituciones globales respetuosas de la diversidad, la complementariedad entre instituciones globales, regionales y nacionales, y la participación equitativa de los países con reglas adecuadas de gobernabilidad, se detallan las medidas necesarias en los planos nacional, regional y global para alcanzar los tres objetivos prioritarios del nuevo ordenamiento internacional: la provisión de bienes públicos globales, la corrección progresiva de las asimetrías mundiales y la construcción gradual de una agenda social internacional basada en los derechos."
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